Cuando llegue, tendré recuerdos de lo vivido,
deseos de lo desconocido,
prontos de alegría
impulsos de llorar y olvidos de amar.
Locura de lo ya creado
embriaguez por lo amado,
la venganza para los que ofendí
la gloria para los que perdí.
Hay sombras acercándose como vientos otoñales
soplando a través mío como actos finales.
Lánguida y tristes son las horas
en que se abisma el alma de los mayores,
perdiendo el ruido de la vida y
llegando a los umbrales del silencio.
Aceptar tus sombras, enterrar mis miedos,
retomar el vuelo,
celebrando lo que de vida queda
y remontar hasta los cielos.
Siglos llevo preguntándome
qué habrá tras la luz,
siglos persiguiendo el silencio estelar
matando mis némesis astrales.
Qué encontraré tras la cortina,
mi padre prometió volver,
quizás no encontró el camino
quizás no quiera que conozca mi destino.
Y el estado etéreo de mi cuerpo
no siente tus caricias
pero sí veo tu sonrisa
vaporizándose en el cielo.
Murcia, 17 mayo de 2013