>

Blogs

Spotify, ¿ahora qué?

A nadie le gusta perder algo que ha disfrutado en otro tiempo, pero algunas cosas se acaban. Hay que aprenderlo. No puedes retener las cosas que se acaban. Tal vez puedas empezar otras nuevas. Poco más.

La chica se lamenta. Está muy afectada porque ha descubierto en el mismo día que Spotify va a recortar a diez horas mensuales el menú musical de su cuenta gratuita y a un máximo de cinco escuchas cada canción, y sabe que hay temas que uno escucharía mil veces; y se ha percatado de que Myspace lanza un aviso tras dos reproducciones que obliga a meter un usuario de Facebook o registrarte para seguir poniendo banda sonora a los días, que a veces se hacen un poco sosos con tanto ruido de fotocopiadoras e impresoras láser.

El problema es que las empresas que empezaron a ofrecer servicios gratis, esperando que la publicidad obrara el milagro, se han quedado esperando y las nubes no terminan de irse. Todo podría haber sido distinto de no haber mediado esta crisis que de tanto nombrarla parece solo una palabra pero que es un lastre que lo paraliza todo. Ahora se intenta cobrar al usuario lo que la publicidad no cubre, y ni Spotify, ni el New York Times, ni el mismísimo Álex de la Iglesia saben por dónde puede salir ese tiro, pero cualquiera consideraría un buen consejo no poner la cara muy cerca de la culata y tener un buen plan b en el cajón.

Ahora la chica está muy afectada porque todos nos acostumbramos muy rápido a soluciones tan ideales como Spotify, una empresa que ha reclutado a velocidad supersónica a una legión de seguidores en un año en el que ha pasado de ser ‘¿Spotiqué?’ a un mucho más cariñoso y familiar ‘Spoty’.

Muchos se apresuran ahora a hablar de Grooveshark, de Musicuo, de cualquier servicio que se parezca a Spotify; se elaboran en los blogs especializados guías para sobrevivir al futuro respondiendo a la pregunta que tantos se hacen: “¿Y ahora qué?”; algunos desempolvan sus viejos programas de descarga P2P y se dicen: “Volvamos a las descargas”; unos pocos dan una segunda oportunidad a Lastfm; y dos o tres han ido a una tienda a mirar vinilos.

La única pregunta que me hago una y otra vez es: ¿cómo triunfó un servicio como Myspace? Eso es muy largo de responder ahora, así que diré que era cuestión de tiempo que Spotify lo hiciera.
¿Qué pasa ahora? Restringir un servicio que has estado ofreciendo gratis durante el tiempo suficiente como para generar costumbre plantea un problema serio: te hace parecer menos simpático, y si bien es cierto que algunas empresas de creación reciente necesitan más rentabilidad y menos sonrisas, no hay sonrisa que sobre en este mundo de negocios. Nos enfrentamos a un momento crucial, y no sólo para Spotify, sino para buena parte de las empresas que imaginan un futuro de pago en internet. La decisión depende de los usuarios: de la chica, de los chicos.

Temas

Blog de tecnología y redes sociales de @garciabastida en laverdad.es

Sobre el autor

Periodista en 'La Verdad'. Guardo un rincón para las cosas pequeñas en 'La esquina doblada'. En Twitter soy @garciabastida


abril 2011
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930