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Verano sin desconectar

Con el verano llegan los viajes y las estancias fuera de casa. Hace unos años, con los ordenadores de sobremesa y una ausencia total de ofertas para la conexión en movilidad, la renuncia a internet era un paso de obligado cumplimiento, como hacer la maleta.

Para el verano de 2011 las opciones para quienes no desean abandonar su vida digital son muchas y muy variadas, y quien desconecta es porque quiere. Repasaremos algunas de ellas.

En caso de disponer ya de un ordenador portátil, ésta es la opción número uno. Si no, tal vez sea el momento de adquirir uno. Han proliferado este año modelos ultraligeros como el Macbook Air o el Asus Eee PC S101, mientras que los de formato habitual han ganado en potencia hasta ponerlos a la altura de muchos sobremesa. Solucionado esto, empieza entonces la búsqueda de una tarifa de conexión a internet mediante la red 3G de las operadoras de telefonía móvil. Un simple lápiz USB puede convertir cualquier lugar en un sitio ideal para disfrutar de la navegación web o seguir compartiendo experiencias en las redes sociales. Estas tarifas pueden ser prepago, opción aconsejada si se trata de un uso esporádico.

La segunda alternativa es el ‘smartphone’. Las subvenciones de las operadoras y la variedad de modelos y marcas la convierten en una de las alternativas más baratas y sencillas de adquirir si no se dispone de ordenador portátil, ya sea por canjeo de puntos en la operadora de turno o a través de las numerosas ofertas de portabilidad presentes en estas fechas. La opción de hacerse con uno de estos terminales a coste cero y con conexión permanente a internet, resulta de lo más atractivo. Además, en la mayor parte de los casos resulta fácil compartir su conexión a internet por 3G mediante la creación de una red WiFi a la que poder conectar otros dispositivos. Sus contras saltan a la vista: el tamaño de las pantallas limitan la experiencia del usuario y pueden convertir algunas tareas en un suplicio, como escribir un email demasiado largo. Con un ‘smartphone’ se puede hacer casi todo, aunque su posición es más la de compañero de un equipo principal que la de sustituto de este.

Llegamos así a la tercera opción: el netbook. Una solución de bajo coste y muy completa. Sus características son limitadas. Dispone por definición de poca potencia y poca memoria, pero constituye una buena alternativa a la opción de viajar con nuestro ordenador principal a cuestas. Se trata de un equipo barato que puedes llevar a cualquier parte sin el riesgo de perder información valiosa. Tienen pantallas que rondan las diez pulgadas, teclado integrado y funcionan con Windows o adaptaciones de Linux. Su precio se mueve entre los doscientos y los cuatrocientos euros.

Tablet kills de netbook star

En el mismo rango de funcionalidad, aunque con una sencillez y experiencia de uso superiores se encuentra la estrella del año: la tableta. Eso sí, la adquisición de uno de estos dispositivos de moda exige el pago de un precio acorde a esta mejora. Es difícil encontrar alguna opción que cueste menos de quinientos euros.

Las tabletas nacidas a imagen y semejanza del iPad, inexistentes el año pasado, pueblan ya los estantes de las tiendas de tecnología y grandes superficies. La oferta se ha diversificado y estos dispositivos, no sin ciertos accesorios (casi obligatoria la adquisición de un teclado bluetooth), llegan para ocupar el lugar del netbook. Conexión rápida a internet, batería de larga duración, peso contenido y una buena pantalla son los ingredientes de su éxito. La facilidad de uso las distancia del netbook, afectado en casi todos los modelos por un tamaño excesivamente pequeño del trackpad.

Los más atrevidos pueden plantearse la adquisición de un producto recién llegado y de futuro incierto: el ‘chromebook’, una arriesgada apuesta de Google que promete acceso a internet en formato de portátil a precio de netbook y con la ausencia de configuración y mantenimiento de la tableta. Para conseguirlo Google ha desarrollado un sistema llamado Chromium que es, básicamente, un navegador. El chromebook nace para trabajar directamente en la nube y sustituye las aplicaciones como el procesador de textos, el programa de email o el almacenamiento de fotos por servicios online del gigante de las búsquedas como Google Docs, Gmail o Picassa.

No hay por tanto gestor de archivos ni posibilidad de virus ni de perder información alguna. Al arrancar el chromebook el sistema solicita al usuario su cuenta y contraseña. Con eso accede a toda su información en la nube. En caso de extravío del terminal bastará sustituirlo por otro para volver a la normalidad. Al ingresar usuario y contraseña, dispondremos de todo lo que teníamos tal y como estaba, puesto que en el chromebook perdido no había nada almacenado. El primer modelo chormebook iba a llegar a España en el 15 de junio de la mano de Movistar, aunque parece que algunas desavenencias en las negociaciones entre Google y la operadora han retrasado su lanzamiento. A la espera de una fecha, la operadora dispone en su web de un sitio dedicado a los chromebooks (www.movistar.es/chromebook) donde se puede encontrar más información sobre su funcionamiento.

La dependencia de la conexión a internet de los chromebook es a la vez su virtud y su mayor defecto, ya que en zonas con mala cobertura su uso puede convertirse en una verdadera incomodidad. Su precio será de 399 euros para la versión sólo WiFi y de 499 para el modelo WiFi + 3G, opción no ya recomendada sino casi obligatoria dada su naturaleza.
Por lo demás, los chromebook garantizan teclado completo, un trackpad en condiciones y una velocidad de uso sobresaliente con un arranque que no lleva más de ocho segundos y un paso del reposo a activo instantáneo.

Este verano, si desconectas, que sea porque quieres.

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Blog de tecnología y redes sociales de @garciabastida en laverdad.es

Sobre el autor

Periodista en 'La Verdad'. Guardo un rincón para las cosas pequeñas en 'La esquina doblada'. En Twitter soy @garciabastida


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