Si tecleamos en Google la expresión I+D+i obtendremos más de veinte mil millones de resultados, en menos de medio segundo. Su potente motor de búsqueda es un ejemplo claro de cómo el conocimiento, matemático en este caso, se puede convertir en una innovación de éxito mundial, a la par que un importante elemento motivador para el estudio de las matemáticas que los profesores deberían trasladar a sus alumnos. Ante la clásica pregunta en clase: “Esto, ¿para qué sirve?”, resaltar las aplicaciones prácticas de los conceptos matemáticos motivaría el estudio de esta disciplina.
Con frecuencia manejamos expresiones cuyo significado no conocemos en profundidad, bien porque pasan a ser de uso común sin que nadie nos las explique con claridad, bien porque consideramos que están alejadas de nuestros intereses personales o profesionales o por ambas cosas a la vez. Esto ocurre, en mi opinión, con el famoso trinomio I+D+i.
Los dos primeros términos, investigación (I) y desarrollo (D), son actividades propias de Universidades y centros de investigación y aluden a la generación de conocimiento y a su aplicación a la creación de nuevos productos o procesos.
La innovación (i), en su acepción más extendida, consiste en la puesta en el mercado con éxito de esas aplicaciones prácticas generadas por el sistema de ciencia y tecnología. En pocas palabras, la I+D consiste en la utilización de recursos para generar conocimiento, y la “i” en el uso del conocimiento para generar dinero. De alguna manera, la “i” se considera una medida de la eficiencia de la I+D.
Este blog se centrará fundamentalmente en la “i” desde un punto de vista práctico, como “cable a tierra” de la I+D, con un objetivo muy simple pero muy ambicioso: desmitificar el concepto, contribuyendo a la difusión de la cultura de la innovación y la creatividad como elemento clave del desarrollo económico, un desarrollo económico en el que las PYMES tienen que desempeñar un papel crucial.
Este blog surge con la pretensión de convertirse en un modesto faro que ilumine el camino hacia la innovación sobre todo a las PYMES que piensan que es algo inalcanzable para ellas. También se ocupará de la innovación como concepto transversal y como actitud de sana rebeldía ante los clásicos “siempre se ha hecho así” y “másdelomismo” que debe impregnar no sólo a la actividad empresarial sino incluso a los servicios públicos, aunque esto último parezca un oxímoron.
No quiero finalizar esta primera entrada sin reconocer el efecto motivador que ha ejercido sobre mí un consultor de la talla profesional y humana de Xavi Camps. Xavi es mi particular faro.
P.D. La creatividad es una componente imprescindible para innovar,…así que os propongo un divertimento creativo, en forma de jeroglífico:
¿Hay bebidas para todos?
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La respuesta en el próximo post.