Hoy el post va de inteligencia, la de los inventores, y la de las cosas, y por ende la de las ciudades. Siempre se ha dicho que las paredes oyen, pero falta poco para que también hablen. Pero no sólo las paredes, hasta el suelo, el pavimento, las baldosas ofrecen unas posibilidades de desarrollo tecnológico impensables hasta ahora.
Si las baldosas pudieran hablar, nada dirían.
Porque las baldosas no hablan,
Pero los cuerpos sí.
Y en su transitar dejan una estela, un lenguaje propio,
una pálida y sutil decadencia.
(Sebakis, poeta argentino)
Quién le iba a decir a Sebakis, hace sólo 6 años, cuando escribió este poema que las baldosas “hablarían” y que los cuerpos al pisar las baldosas podrían generar energía.
Los signos del futuro están siempre en el presente. Vamos abocados a un futuro inimaginable de manos del vertiginoso desarrollo de tecnologías convergentes: internet de las cosas, nanotecnología, realidad aumentada, nuevos materiales, como el grafeno,…
En las últimas fechas me han llamado la atención unas novedades tecnológicas relacionadas y complementarias entre sí: el suelo fotovoltaico, las baldosas inteligentes y el pavimento inteligente (i-paviment), avances que sin duda abundan en el concepto de ciudad inteligente , un nuevo modelo de ciudad sensorizada, digitalizada, sostenible que conecta “lo que pasa en la red con lo que pasa en la calle”, facilitando la vida al ciudadano y generando oportunidades de empleo y desarrollo económico.
En nuestro país ya existen ejemplos, incipientes pero reales que prueban que no hablamos de ciencia ficción. De hecho ya existe una red española de ciudades inteligentes, a la que pertenecen ciudades como Murcia, Elche y Alicante.
Pero a lo que íbamos: una empresa española ha instalado en USA el primer suelo fotovoltaico transitable del mundo, que convierte la luz solar en electricidad. Otro caso conocido es el de la estación Victoria de Londres, donde las pisadas de 15.000 personas/hora se transforman en energía. Imaginemos las posibilidades generadoras de electricidad del tráfico rodado en un futuro próximo y sus consecuencias energéticas y económicas .
Por último, el i-pavement, instalado en la Plaza del Sol de Madrid, en tiempo récord (recomiendo ver el vídeo adjunto), permite acceso a Internet, con información de todo lo que le pueda a interesar al viandante en su propio idioma. Una sencilla placa de carbonato cálcico sensorizada es la clave. Esperemos que sea “antivandálica”. También es una idea española, para que luego digan,…el “que inventen ellos” parece, que por fin, pasa a mejor vida.