La historia es conocida: en 1975, Kodak inventó la cámara de fotos digital, pero no apostó decididamente por esta tecnología, absolutamente pionera en ese momento, porque atentaba directamente contra el corazón de su negocio, que era la venta de carretes fotográficos. En 2012 se produjo la quiebra formal de la compañía.
Esto ha ocurrido en otros muchos casos y seguirá ocurriendo. Empresas sólidas y prósperas que no sepan anticipar el futuro pueden dejar de serlo a causa de la aparición de “tecnologías asesinas”, o de nuevas reglas del juego en el mundo de los negocios.
Si persisten en ser esclavas de las claves del éxito pasado, de sus inercias organizativas y comerciales, como le ocurrió a Kodak, muchas empresas tienen asegurado el fracaso a corto o medio plazo.
Los riesgos, también las oportunidades, se aceleran en la actualidad como consecuencia del impacto que suponen las llamadas tecnologías exponenciales para todo tipo de organizaciones, y por qué no decirlo para el empleo y los fundamentos económicos de la sociedad actual.
Nuestro cerebro está educado para pensar de forma lineal: 5 escalones de 20 cm cada uno hacen 1 metro.En un mundo exponencial, esos mismos 5 peldaños suponen alcanzar 3.20 metros de altura (16×20), pero 10 peldaños te sitúan 102.40 m del suelo.
La cadena de hoteles Hyatt tiene 45.000 empleados y unos 500 hoteles repartidos por todo el mundo. Duplicar sus ingresos impondría seguramente disponer del doble de hoteles y de empleados.
Sin embargo, Airbnb supera el valor bursátil de Hyatt, sólo con 1.000 empleados, y sin tener ninguna propiedad inmobiliaria. Parece obvio que doblar sus ingresos no implicaría duplicar su organización.
La suma de las cotizaciones de las 5 grandes organizaciones exponenciales (Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook) supera los 2 billones de dólares, empleando a unas 500.000 personas.
En un contexto clásico de linealidad, el reino de la regla de tres, el valor total de las 5 grandes empresas industriales alemanas apenas llega al medio billón de dólares pero emplean a casi 2 millones de personas.
Los vientos de destrucción creativa que anunciaba Schumpeter amenazan con convertirse en huracanes de efectos impredecibles sobre la economía y sobre el empleo.
Esta es la realidad del mundo VUCAH – con H final de hiperconectado – que nos ha tocado vivir, en sus múltiples dimensiones: sociales, tecnológicas, económicas, ambientales y políticas que hay que valorar continuamente para intentar predecir sus efectos en nuestros negocios y en nuestras vidas.
“Si podemos mejorar nuestra capacidad para pensar exponencialmente podremos entender y abordar con más calma un futuro que ya está aquí y cambia a un ritmo acelerado. Ya que no podemos predecirlo lo que debemos hacer es dedicar todas nuestras energías a construirlo” (José Cabrera)
https://blog.cabreramc.com/2016/07/07/piensa-en-grande-el-futuro-es-exponencial/
Las organizaciones, tanto las públicas como las privadas, con sus líderes a la cabeza, deben aprender a desenvolverse en este terreno de juego exponencial tan impredecible que se ha dado en llamar VUCAH.
Para el experto Carlos Rebate, tener un Propósito de Transformación Masiva (un lema audaz y altamente inspirador), hacer un uso intensivo de la información y no basarse en recursos propios son tres rasgos comunes de las organizaciones exponenciales (ExO´s).
Otros 11 atributos de estas compañías, también recogidos en el magnífico trabajo de Rebate que ha inspirado en gran parte este post, nos los explica Salim Ismail, autor del libro: “Organizaciones exponenciales”.