“Hace quince años el curso del que era tutor obtuvo unos pésimos resultados en el primer trimestre. Me reuní con el grupo para analizar las causas del desastre y la respuesta de una alumna me impactó fuertemente, catalizando en mí un proceso de cambio personal y profesional en el que sigo avanzando cada día”
Así comenzó mi entrevista, realizada en uno de los magníficos salones del Casino de Murcia, con Rubén Martínez, profesor de Literatura, experto universitario en coaching y storytelling y autor (junto a Agustín Galiana) de un libro de deliciosa y amena lectura: “Relatos para avanzar”, inspirado en la obra “El Conde Lucanor”.
La primera confidencia que me hizo Rubén, que no estoy respetando obviamente, es que su editor consideraba más comercial utilizar en el título del libro el verbo “triunfar” en lugar de “avanzar”.
Los autores se negaron por estimar que la innovación es un viaje sin fin, un proceso de aprendizaje más que un destino y porque no querían que ningún lector se sintiera defraudado si tras la lectura de la obra no se alcanzaba la meta, el triunfo prometido.
Volvamos ahora al principio del relato, a la intrigante respuesta del millón de una alumna de 15 años que cambió la trayectoria vital de Rubén Martínez: “En nuestra clase los profesores hacen como que enseñan, y nosotros los alumnos hacemos como que aprendemos”.
“¡Esta estudiante estaba denunciando falta de autenticidad! Cuando no ponemos pasión, verdad, y compromiso en lo que hacemos terminamos por asumir un papel pasivo, falso, vacío con nuestro trabajo y también con nuestra vida”
“A partir de ese momento decidí que tenía que cambiar algunos planteamientos, y comencé a buscar ideas en disciplinas como el coaching, el storytelling y el Design Thinking”.
Curiosamente, aduje yo, Fran Chuán, en su obra Autenticidad, y vosotros, con “Relatos para avanzar”, publicáis al mismo tiempo sendos libros con una temática parecida: la transformación personal que deben acometer los directivos para facilitar y no limitar, ni mucho menos frenar, la cultura de la innovación.
En ambos casos, el uso del diálogo socrático, característico de los procesos de coaching, facilita la búsqueda de la autenticidad que permite a un ejecutivo liberar su mejor versión.
La originalidad, por tu parte, radica en el hecho de basarte en el conocimiento milenario recogido en relatos medievales, sobre todo en “El Conde Lucanor”. Cada capítulo incluye, además, un Plan de Acción concreto.
Como matemático, no puedo evitar recordar la agria disputa que sostuvo Newton con Leibnitz, coinventores simultáneos del Cálculo Infinitesimal. Espero y deseo que no ocurra algo parecido entre Fran y tú, que ambos sois amigos, le digo a Rubén bromeando.
“ Conozco y admiro la obra de Fran Chuán. Me halaga que compares su obra con la nuestra pero obviamente nosotros tratamos de adaptar la sabiduría ancestral de nuestros antepasados a las problemáticas actuales.
Cuando recuperamos cuentos y relatos tradicionales nos damos cuenta de que esas enseñanzas milenarias siguen muchas veces desvelando claves para entender el mundo actual, aportando viejas soluciones a problemas nuevos”
No deja de sorprenderme que muchas de las ideas básicas del nuevo liderazgo que requieren los tiempos: menos jerárquico, más humano y motivador, más humilde y menos escéptico autocomplaciente, más abierto, con más capacidad de observación, de aprendizaje y de anticipación, con más curiosidad intelectual,…están contenidas en un libro que tiene más de 700 años.
El antiguo arte de contar historias ya lo utilizaba Jesucristo en sus parábolas para explicar su doctrina. En algún sitio he leído que a los niños se les cuenta un cuento para dormirlos. A los adultos para despertarlos.
Esta capacidad de articular relatos que emocionen, reforzada por los medios audiovisuales y el prometedor vídeo interactivo, se llama ahora storytelling.
“La Inteligencia Artificial está sentando las bases del aprendizaje automático. El siguiente reto es el de la Computación Afectiva, que dotará a las máquinas de inteligencia emocional para lo cual, en mi opinión, va a resultar fundamental el storytelling, el conocimiento de los relatos de los que se derivan enseñanzas para resolver problemas”
Gracias a Rubén por esta entrevista, auspiciada por nuestro buen amigo común, Antonio Luis Dávalos.
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