Hace 4 años, en este mismo espacio me hacía eco de la publicación de Andrés Pedreño, el reconocido visionario murciano, del libro “Prevenir el declive en la era de la Inteligencia Artificial“ (Europa frente a EEUU y China), del que es coautor junto a Luis Moreno, obra que pretendía remover las conciencias, activar los resortes que debían motivar actuaciones inmediatas de la UE.
“Europa necesita urgentemente un plan de inmersión disruptiva en economía digital. Debe legislar para ser líderes no para sobreproteger nuestra privacidad. La Inteligencia Artificial, como el fuego, tiene sus riesgos, pero el futuro pasa por dominarla”.
Esta misma semana, Mario Draghi ha presentado su esperado informe sobre la pérdida de competitividad de la Unión Europea con respecto a China y a Estados Unidos, en el que manifiesta la perentoria necesidad de abordar una nueva estrategia industrial basada en la innovación, la descarbonización y la seguridad, dentro de un plan de enormes inversiones que algunos medios han calificado de nuevo Plan Marshall, con la diferencia de que ahora somos los europeos y no los americanos los que debemos financiarlo.
El informe Draghi, que no es vinculante para los países miembros, contiene propuestas genéricas en 10 ámbitos fundamentales: energía, materias primas críticas, digitalización y tecnologías avanzadas, industrias de alta intensidad energética, tecnologías limpias, automoción, defensa, espacio, sector farmacéutico y transporte.
En referencia a la automoción y al transporte, un tema que sigo con especial interés últimamente, un experto como Enrique Dans, en un reciente artículo, “Los problemas de la automoción tradicional”, alerta de la inminencia de una crisis largamente anunciada en el sector, debida a la falta de innovación: la industria automovilística no está poniendo el foco adecuado en el hecho de que un vehículo será, de forma inexorable, un ordenador con ruedas permanentemente conectado.
El ex primer ministro italiano critica la enorme y lenta burocracia de la UE que tanto dificulta la agilidad en la toma de decisiones, aportando algunos datos sobre el exceso regulatorio: demoras de casi 2 años en aprobar nuevas leyes o 13.000 actos legislativos sólo en 2019, versus los 3.000 aprobados por EEUU en ese mismo año.
Draghi resalta que Europa se está quedando atrás en aspectos tecnológicos como la citada inteligencia artificial o en los campos tan relacionados con la misma como la ciberseguridad, la protección de la privacidad y de la propiedad intelectual o los servicios de computación en la nube, como hace 4 años ya lo hizo Pedreño, y ha vuelto a incidir sobre ellos en su último libro Espa
Suelo someter al sabio pero benévolo juicio de Andrés algunos artículos que, por lo general, merecen su inmediata y generosa valoración, tomándose incluso la molestia de realizar comentarios críticos o sugerencias, todo un lujo para mí, que agradezco de forma especial, como ha ocurrido con motivo de mi último post: Transparencia y rendición de cuentas, en el que apelaba a que las decisiones políticas deben estar regidas por el interés general, mirando el largo plazo, contemplando sus efectos en todos los sectores, con el máximo rigor en la gestión de los fondos asignados y rindiendo cuentas ante los ciudadanos con la máxima transparencia.
En efecto, con su elegancia habitual, en esta ocasión me señaló una carencia que había detectado y que paso a transcribir de forma casi literal (espero que no le importe) por su interés, su impecable redacción y contundencia argumental:
“La Inteligencia Artificial (IA) es un recurso diferencial de nuestros días. En un mundo donde los datos son cada vez más abundantes y la complejidad de los problemas económicos y sociales sigue aumentando, la IA se presenta no solo como un recurso indispensable, sino como una solución potencial para muchos de los retos que mencionas.
Como sabes, la IA tiene la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos, identificar patrones ocultos y proporcionar modelos predictivos que pueden ayudar a los responsables políticos a tomar decisiones informadas y a largo plazo, evitando así los errores del pasado. Desde optimizar el gasto público hasta mejorar la transparencia y rendición de cuentas, la IA puede ofrecer respuestas basadas en datos precisos y actualizados, minimizando la influencia de intereses partidistas o cortoplacistas que señalas en tu articulo.
La IA se basa en algoritmos avanzados y modelos matemáticos que permiten simular escenarios futuros cada vez con mayor precisión. Esta capacidad predictiva podría ser clave para diseñar políticas económicas que no solo respondan a las necesidades actuales, sino que también anticipen y mitiguen posibles crisis futuras.
Además, la IA puede ser una herramienta crucial para mejorar la transparencia. Por ejemplo, mediante el análisis de datos públicos y la automatización de procesos de auditoría, podemos crear sistemas que monitoricen en tiempo real el uso de los recursos públicos, facilitando una rendición de cuentas más efectiva y reduciendo el margen para la corrupción o el despilfarro”
Da la casualidad de que mañana, día 12, tenemos la ocasión de contar con la presencia de Andrés Pedreño en Murcia, participando en la interesante jornada: La IA en el sector Agroalimentario, organizada por el Colegio de Ingenieros Industriales de la Región de Murcia y la Fundación Integra, una entidad que ha superado los 25 años de existencia tras su creación en marzo de 1998 por parte del Gobierno Regional y más concretamente debido al apoyo y al impulso político de Juan Bernal, Consejero de Economía y Hacienda en ese momento.
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