“La inteligencia artificial será más importante para la Humanidad que el descubrimiento del fuego o la electricidad”.
Esta rotunda afirmación es de Sundar Pichai, Director ejecutivo de Google, una compañía, inicialmente de software que no para de reinventarse.
Ahora, para reforzar su apuesta por el hardware, acaba de sumar 2.000 ingenieros a su plantilla, tras adquirir una parte de HTC, el fabricante taiwanés de teléfonos inteligentes.
Convertir lo imposible en realidad es el objetivo fundamental de la X-Factory, la fábrica de innovaciones disruptivas de Google.
Los criterios básicos que rigen esta factoría de proyectos especiales, tipo moonshot, son altamente motivadores para el equipo multidisciplinar seleccionado por Google con esta misión.
Obviamente, no todas las empresas tienen el potencial financiero de Google y de otras compañías líderes mundiales, pero conocer sus proyectos, su cultura, sus movimientos, el tipo de gente que componen sus equipos, su estilo de liderazgo, puede ser de gran utilidad para todas las organizaciones, de cualquier tamaño y sector de actividad.
En un escenario tan cambiante, hoy más que nunca, los directivos actuales deben sentirse en la obligación de estar atentos a las llamadas megatendencias tecnológicas por los efectos que pueden inducir en la sociedad, y por tanto en sus negocios.
Con este objeto, la Fundación Bankinter ha elaborado un interesante informe sobre modelos de negocio disruptivos basados en los avances tecnológicos que los propician: Inteligencia Artificial, Robótica, Internet de las cosas, los drones, la realidad virtual y aumentada, la impresión 3D y el blockchain.
La convergencia de tecnologías disruptivas y los nuevos modelos de negocio derivados de su aplicación ofrecen oportunidades para las empresas, las regiones y los países que vayan en vanguardia.
En este contexto, se necesitan líderes diferentes, tanto en el sector público como en el privado, que vayan siempre por delante: “personas humildes y adaptables, que asumen que el cambio es constante; líderes visionarios, que tienen un sentido claro de la dirección a largo y a corto plazo , que siguen con interés las tendencias emergentes, escaneando constantemente ámbitos internos y externos para detectar oportunidades y amenazas; toman decisiones informadas y las ejecutan de forma rápida, a menudo valorando la velocidad sobre la perfección”.
Hoy no basta con ser un buen gestor, ni siquiera con apuntar en la buena dirección, aunque esto ya sería un logro no despreciable. Se necesitan líderes que anticipen el futuro.
Y gobernantes con conocimiento de causa.
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