Hasta hace poco se consideraba que el ideal femenino de belleza tenía que ajustarse a las medidas 90-60-90. Pues bien, la Universidad de Texas acaba de establecer como científicamente perfectos los armónicos 99-63-91 de la actriz inglesa Kelly Brooks, lo que no deja de suponer una innovación disruptiva que puede desencadenar efectos de un alcance aún por determinar en el mundo de la moda.
Valga esta digresión veraniega para introducir el post de hoy sobre mi actividad como bloguero. El 60-60-10, que ha generado la asociación de ideas del párrafo anterior, no tiene nada que ver, obviamente con medidas antropométricas ideales ni con la belleza ni con la moda. Es una ocurrencia justificada por las siguientes razones:
Aunque modesto en cifras de audiencia, en total acumulo ya más de 5 años como bloguero, desde que debutara con el Proyecto COMPAH (pinchar en el enlace para ver vídeo explicativo) una iniciativa piloto que pretendía reforzar el papel de las familias en la mejora del rendimiento educativo de sus hijos utilizando recursos de la web 2.0.
Fue una experiencia muy bonita de la que guardo un recuerdo imborrable. La desarrollé durante 3 cursos seguidos en mi última etapa docente, y tuvo una buena acogida entre padres y alumnos. Publiqué 120 posts, aparte de crear 3 sites complementarios en los que me relacionaba con mis alumnos, llegando incluso a atreverme a darles orientaciones en verso de cara a un examen:
Con parámetros, polinómicas funciones
sabiendo extremos y puntos de inflexión,
hay que derivar en dos ocasiones
poniendo mucha atención.
problemas de optimización
relativos a figuras,
triángulos, áreas y rectas
no os quedéis a oscuras
tras estas orientaciones directas.
Estudio y gráfica de una función,
monotonía y curvatura,
extremos y puntos de inflexión
con alguna asíntota, su regionamiento …
si digo que es racional
puede parecer que miento,
lo mismo que si digo radical,
mira que si es exponencial,…
no lo puedo decir, … lo siento.
Mantener un blog es una actividad interesante y motivadora pero no exenta de estrés. Tener dos bitácoras activas simultáneamente puede suponer el doble de interés y de motivación (no lo he calculado exactamente) pero mi percepción es que es, al menos, el cuadrado de estresante.
Vivir en clave de blog significa estar permanentemente con las antenas desplegadas, en continua actitud de vigilancia de todo cuanto se publica en torno al tópico en cuestión. Implica establecer alertas, suscribirte a innumerables sitios web para intentar estar al tanto de las últimas novedades y tendencias.
Supone procesar toda esa información para intentar digerirla y hacerla accesible a tus posibles lectores con una cierta periodicidad que uno mismo se impone. Seleccionar los temas a tratar, intentando interesar al mayor número de seguidores, en los posts más divulgativos, o dirigiendo mensajes de interés a un público más especializado, pero intentando ser siempre claro, ameno, conciso, dentro de un estilo propio.
Y todo esto sin ser un escritor profesional. Menudo reto.
Vivir en clave de blog es una experiencia apasionante que actúa como válvula de escape de inquietudes o ideas que uno desea compartir, en la que, al mismo tiempo, tienes la oportunidad de aprender y de establecer relaciones con los máximos especialistas de la materia en cuestión, dada la accesibilidad con la que nos solemos mover todos los que pululamos por la blogosfera.
Pero también, como dije al principio, requiere mucho esfuerzo personal, robando tiempo a la familia y al descanso. Es una especie de dogal voluntario, que exige grandes dosis de constancia e impone una disciplina tensionante. Los momentos esporádicos de liberación duran apenas unas horas desde que publicas un post hasta que empiezas a pensar en el siguiente.
Con respecto a este blog, la “i de innovación”, a la hora de hacer balance de estos 2 años transcurridos, diré, a modo de resumen rápido, que los post han incidido especialmente en ítems como: