Así lo ha mostrado públicamente ante el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el cardenal Peter Turkson, criticando el consumo de energía del mundo industrial y pidiendo medidas urgentes en materia de cambio climático: “La quema cada vez más acelerado de los combustibles fósiles que sostienen nuestra máquina económica está alterando el delicado equilibrio ecológico de la tierra a una escala casi insondable… En nuestra imprudencia, estamos atravesando algunos de los límites naturales más fundamentales del planeta”. La declaración se ha hecho en un Workshop organizado en el Vaticano bajo el título “Protege la Tierra, Dignifica la Humanidad”.
Es significativo que el cardenal Turkson presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz esté colaborando estrechamente con el Papa Francisco en la redacción de una próxima encíclica sobre el cambio climático. Sus declaraciones sobre el tema se consideran como un adelanto de lo que el Papa va a decir en la encíclica, que será la primera directiva papal de alto nivel que se centra exclusivamente en cuestiones ambientales, considerando el cambio climático como una crisis moral que amenaza a los pobres del mundo.
Según el cardenal Turkson “Los países más ricos, los que más se han beneficiado de los combustibles fósiles, están moralmente obligados a seguir adelante y encontrar soluciones al cambio relacionado con el clima y así proteger el medio ambiente y la vida humana…tienen la obligación tanto de reducir sus propias emisiones de carbono como de ayudar a proteger a los países más pobres de los desastres causados o exacerbados por los excesos de la industrialización”.
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