Los primates y humanos poseemos sistemas de órganos considerablemente más complejos que los de un roedor. La pluripotencia de las células madre permite el desarrollo de las células más especializadas (se conocen más de 200 clases diferentes de éstas) que a lo largo del desarrollo embrionario y posterior hacen posible el desarrollo y función de nuestros diversos órganos y tejidos o, en ciertos casos, su renovación.
El proceso de la conversión de las células madre en otras más especializadas todavía se ignora en parte. Cuando falla puede originar graves enfermedades. De ahí la importancia de su conocimiento, además de que nos proporcionaría una mejor visión del proceso evolutivo.
En forma de comunicación corta, con el título original de “The retrovirus HERVH is a long noncoding RNA required for human embryonic stem cell identity”, en la revista Nature Structural and Molecular Biology un equipo investigador formado por científicos de Canadá y Singapur, hace pocos días, acaba de publicar un trabajo de gran interés, que da nueva luz al tema.
http://www.nature.com/nsmb/journal/vaop/ncurrent/full/nsmb.2799.html
El protagonista principal es un retrovirus endógeno humano, HERV-H (Human Endogenous RetroVirus, subfamilia H), es decir, un elemento viral endógeno procedente de un genoma viral muy antiguo que se encuentra integrado en el genoma nuclear de primates y humanos, por lo que dicha integración se produjo antes del proceso de hominización. Actualmente, en el genoma humano se sabe que los HERV representan casi el 8% del genoma y se han localizado ya unos 98.000 fragmentos individuales, siendo escasa la información precisa respecto a sus funciones.
El HERV-H es de tamaño grande, nuclear, no codificante, es decir, su secuencia no da lugar a la síntesis de proteínas o ácidos nucleicos concretos. El ADN del HERV-H es tremendamente activo en las células madre embrionarias pero en otros tipos de células normales. En el genoma humano se encuentran más de 1000 copias del HERV-H y estas secuencias de ADN son exclusivas de los seres humanos y de los grandes simios, invadiendo aparentemente a los primates por lo menos hace unos 20 millones de años.
HERV-H induce la pluripotencia por su actuación sobre OCT-4
Posiblemente el dato más significativo encontrado por los investigadores ha sido que la “inhabilitación” del HERV-H en las células madre hacen que éstas pierdan su capacidad de transformación en los diferentes tipos de células que tiene un ser humano o primate, y se convierten sólo en fibroblastos, que es el tipo más común de células en el tejido conectivo de los animales por lo que parece lógico achacar al remanente vírico la adquisición de esa potestad. Para demostrarlo los científicos bloquearon el HERV-H con ARN específico diseñado para ello, descubriendo que al anular al HERV-H se suprimía la síntesis de algunas proteínas que se saben son indispensables para que se exprese la pluripotencia. Y se sabe que el HERV-H induce la pluripotencia actuando sobre OCT-4, un gen conocido, que se sabe que también desempeña un cierto papel de oncogén en algunos cánceres.
¿Cómo llegó el virus original a las células huéspedes? Posiblemente por una infección ocurrida hace cientos de miles o, incluso millones de años.
El descubrimiento, arroja alguna luz sobre el papel de los virus en la evolución humana, completando y modificando el esquema clásico darwiniano, y podría ser el inicio del conocimiento para poder utilizar mejor las células madre en terapias o de la conversión de células normales en células madre.
El trabajo comentado posiblemente será polémico pero, desde luego, es brillante y sugeridor. Quedan muchas preguntas en el aire. ¿Habrá sucedido algo parecido con otras familias de retrovirus endógenos?. El fenómeno de la transformación de las células madre en especializadas a veces es permanente (células hepáticas), pero otras veces no es así (células de la médula ósea progenitoras) ¿A qué se debe ello?