Después del bajón social de la pasada semana con el tijeretazo impuesto por el Gobierno, de manera improvisada y de repente, ahora hemos leído en la prensa que el presidente Zapatero ha avanzado en sus medidas anticrisis y que el Gobierno aumentará “en su momento” los impuestos a las rentas más altas, aunque ha asegurado que la decisión se tomará cuando llegue la hora;es decir, cuando el Ejecutivo considere oportuno ya nos enteraremos en vivo y en directo, sin más prolegómenos, ni advertencias, como estamos acostumbrados a funcionar en los últimos meses.
Tal como tenemos la calle el grado de duda, el no saber qué pasará y la falta de clarificación en algunas decisiones está haciendo que el trabajador, el empleado, el pensionista y el sufridor de estos esfuerzos para reducir el déficit, la clase trabajadora pura y dura, tenga la mosca en la oreja ante el grado de incertidumbre.La polémica sobre el recorte y el tijeretazo está en los foros, en
Ante ello, el Ejecutivo sigue sin explicar con claridad las razones últimas de ese giro radical en su política económica, motivado por las presiones de los mercados y de los grandes países de la eurozona, pero que ha provocado un enfado generalizado en la ciudadanía donde se atisba un revuelo que no sabemos bien adónde nos llevará; aunque lo que sí se vislumbra es que el desencanto aflora por las cuatro esquinas y está en la boca de todos, por encima de ideologías y creencias.
Las promesas y las bonanzas han caído en picado, mientras crecen los interrogantes ante las miradas inciertas y dubitativas de nuestros dirigentes nacionales que nos piden esfuerzos y resignación ante este tornado que se avecina y en el que nadie sabe cómo saldremos, porque al parecer nos encontramos en un laberinto de dudas que se amontonan en este presente incierto, donde reina una gran destemplanza, desconfianza, desinformación y falta de serenidad para explicar hacia adónde nos dirigimos.