Por lo que vemos ser español, por los casos que nos presentan en la tele, no es sinónimo de aquella vieja idea de ser servidores y receptores de los turistas que venían a gozar de aquel Viva España de Manolo Escobar y a pasárselo bien entre sol, gastronomía y cerveza. Hoy, muchos españoles, además, llevan la iniciativa, son más como los que vienen y también se mueven, buscan su hueco en un espacio que es dinámico, transversal, global y donde la lejanía es cercanía. Los españoles son trabajadores, universitarios, empleados y empleadores que tienen puestos de responsabilidad y encabezan misiones de acogida, donde se esfuerzan por integrarse con otros ciudadadnos de otros paises.
Ahora que tenemos reciente la bravura de la victoria del mundial, tras la que muchos piensan que levantaremos el vuelo de la mano de Iker Casillas, no conviene olvidar que tenemos aún mucho que hacer, aprender y mejorar para alcanzar la conquista de la tierra prometida. Este país no puede olvidar que aunque haya dinamitado su alegría en las calles y balcones con banderas, ahora tiene que revalidar su color en una apuesta serena y sigilosa por el saber, el aprendizaje y aquí no podemos gritar tanto, no estamos para tirar cohetes, necesitamos mejorar con más inversión en Educación y seguir en la brecha, aunque la crisis siga llamando a nuestra puerta.