Sin pena ni gloria por lo que vimos, celebramos el pasado jueves, 5 de Octubre, el denominado por la UNESCO, Día Mundial de los Docentes aunque por estas tierras del sureste no tenga su eco, al parecer somos mucho más de San José de Calasanz o de Santo Tomás de Aquino, por aquello de la tradición escolástica que sigue imperando.
Sin embargo, esto del día mundial, aunque tiene su miga e imagino sus intereses como todos los días de, no deja de ser un signo significativo y ahora mucho más, en los tiempos que corren, de la concienciación la comprensión y el aprecio desplegados ante la contribución vital de los profesores en aras de la educación y del desarrollo.
Por eso, creo que celebrar este evento tiene por objeto alabar el papel fundamental que desempeñan maestros, profesores y educadores en el proceso de orientar a niños, jóvenes y adultos en el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Sin embargo no coinciden las malogradas opiniones de algunos políticos sin vergüenza, con la de los ciudadanos que saben y valoran lo mucho que han hecho por ellos y los suyos. De este modo se te levanta el alma cuando lees en blogs que corren por internet, sobre lo mucho que hacen los maestros, para la vida, para el aprendizaje, por los demás…. Y animo a que practiquemos este tipo de lecturas que están libremente circulando por la red y a comentar en esos canales nuestras opiniones, para que no todo lo que se diga sea negativo. Y es así, como tiene sentido hablar del reconocimiento público a los maestros que hicieron, han hecho y harán escuela, pusieron la semilla, la cosecharon y ahora, cuando llega la jubilación recogen afecto, estima y aprecio de sus colegas y de sus discípulos.
Por todo ello, en el día del docente y a propuesta de AMYDEP . Esta conocida y valorada Asociación para la Mejora y Defensa de la Escuela Pública en la Región de Murcia entregó la V edición de reconocimiento público a personas que destacaron a favor de la escuela pública en la región de Murcia, en un acto homenaje a Bartolomé Martínez Salmerón, maestro, por su larga trayectoria en defensa de la escuela pública, como un sistema que de forma gratuita ofrece la mejor formación posible a los alumnos independientemente de cualquier circunstancia personal, económica, cultural o social. Su experiencia se ha desarrollado desde la dirección de dos escuelas públicas, el colegio Pedro Rodríguez, de Cieza, y el Colegio Joaquín Carrión Valverde, de San Javier, donde se ha convertido en un referente claro de la misma.
En el acto el homenajeado conto con el afecto de muchísimos docentes, compañeros y maestros significativos de esta región de todas las edades y generaciones que siguen siendo fieles a estas llamadas, como docentes comprometidos en el oficio y colaboradores en la renovación y mejora de la educación.
Hay que homenajear a los grandes, a los buenos, a los sencillos pero sabios maestros que fueron y lo serán para siempre, son imborrables, lucharon en muchas trincheras y saben que educar no tiene precio.
Gracias a Conrado Navalón podemos recordar este acto tan emotivo y participativo.