Las universidades públicas han empezado mal este curso y prueba de ello ha sido la que se ha montado en los recientes actos oficiales de apertura universitaria que han estado muy lejos de lo que viene siendo habitual en estos eventos desde siempre, cuando los ánimos estaban más calmados, dando la sensación aquella de normalidad, sin imprevistos, con orden y con el cumplimiento del guión al pie de la letra, donde todo parece estar como debe ser, aunque muchos de los participantes tuvieran sus discrepancias y descontentos, pero con más o menos disimulo todo fluía sin muchas distorsiones.
En esta ocasión, como ya hemos comprobado el otoño incipiente de las universidades ya se deja entrever y se ha pasado a otra historia, estamos rodando otra película en 3-D, muy distinta a aquella en blanco y negro de antes, o la más reciente ya en color que se proyectaba sobre el modelo de convergencia europea, por cierto ¿alguien sabe qué ha pasado con Bolonia?…ahora como hemos visto, prevalece el discurso de la economía, el de los euros que no se tienen y que hay que pagar, el que se deja notar por encima de la movilidad, las metodologías, las tutorías virtuales o los seminarios y los créditos ECTS eso es otro cantar … un segundo plano, lo primero es el malestar de los sufridores que son muchos, no sólo los estudiantes, también docentes, interinos, personal de servicios y de administración…
Ya se sabía que las aperturas universitarias tendrían más de apreturas que de actos académicos, porque en esta ocasión la liturgia universitaria estaba amenazada por el amplio malestar que prendió mecha, ya hace meses, cuando al ministro Wert promulgó su famoso decreto de recortes y los gobiernos regionales se ajustaron a esa vara de medir para, sin contemplaciones, justificar su tijeretazo a las universidades públicas, amén de otros desencadenantes sobre plantillas de profesorado, empleados y subida descarada en tasas de matrícula de grado y posgrado …sin duda y en el ánimo de muchos, era lógico que donde se dieran cita los políticos habría que montarles la protesta con pitidos, gritos y abucheos…
y de este modo aprovechar la ocasión y el escenario serviría para atacar al poderoso, al amo de los dineros,
por llamarlo de algún modo y denunciar el encarecimiento de las tasas y los recortes.
Y lo imprevisible fue cuando, como en el caso de las universidades de Murcia y de Valencia-en otras el aguijón fue directo a los gobernantes-
por el contrario, los insultos se dirigieron a los rectores sin contemplaciones,
una reacción injusta y desproporcionada, que los convirtió en verdugos,
cuando también de algún modo son víctimas de este entuerto
y viendo los vídeos y fotos de la apertura de curso la UMU, publicados por este periódico,
comprobé cómo los rectores de la UMU y la UPCT tuvieron que vérselas, sin poder ejercer el uso de la palabra
y capeando el temporal sin saber por dónde salir.
Nunca imaginé este desenlace…
¿ …y , de verdad, esto pasó en la Universidad?