Cuando reiniciamos las tareas, tras el paréntesis del final del año, pasamos algunos días con la sensación de vuelta, pero no dilatamos esa sensación porque seguimos con los mismos asuntos que dejamos aparcados, en el montón sobre la mesa, en el escritorio de nuestra mente, en ese rincón que cada uno lleva de forma privada, pero que repasamos continuamente, a modo de guión que se convierte en el esquema que queremos seguir, o al menos el que nos indica por donde andar. Volver, ahora en enero, es seguir, es más de lo mismo, volver a las andadas, a retomar aquello que dejamos, que sigue latente, que no desaparece y que se mantiene tras el paréntesis. Al mismo tiempo, quizás seguir para algunos sea proponer cambios, pensar en hacer, añadir a esa larga lista algunas cuestiones o invertir la razón de hacer esto o aquello.
Sin duda, repensar aquello que uno lleva entre las manos, en borrador, puede venir bien, para saber hacia adonde ir y cómo. Es importante aprovechar el arranque del año, del nuevo tiempo para hacer un hueco a lo importante, dejando de un lado aquello que nos despiste o nos aleje de lo que queremos conseguir. Sin lugar a dudas, los propósitos surgen, pero la tarea será cumplirlos y mantenerlos, a toca costa, sin bajar la guardia; ahí está el reto y la valentía que será la actitud que muchos tendremos que mantener, para seguir adelante.
A estas alturas el tiempo pasa y ya vamos mirando los días con otra perspectiva más pausada, por lo del aterrizaje, que nada tiene que ver con la vorágine de los últimos días del pasado año-¡menos mal que lo enterramos, al puñetero¡- y esperemos que este sea algo mejor, en especial, para los que más lo necesitan; aquellos que están sufriendo de forma descarada las consecuencias de esta crisis canallesca, injusta y cínica que no tiene piedad. La realidad nos demuestra que así no se puede seguir, que habrá que parar las mentiras, mirarnos de frente y dejar a un lado el marketing- tan de moda- que nos envuelve en la falsedad y en el encubrimiento.
Ante el nuevo año necesitamos cambios, un giro en la toma de decisiones de los políticos, para dejarse tanto cuento, palabras huecas, largas parrafadas y aterrizar ante los problemas que sufren los jóvenes sin futuro y los parados que necesitan un trabajo. Hemos visto cómo los ciudadanos prenden la mecha en Gamonal, para pedir a los políticos que los escuchen, porque los gestos delatan que cada vez más se rompe la fe en los que mandan, nadie cree en ellos y su valor está perdiendo puntos, mientras nos adormecemos pensando si habrá o no paseíllo de la infanta en el juzgado, o saboreando aquello de que “Hablen bien de España” de Rajoy, para vendernos a los americanos. En la calle están los propósitos del nuevo tiempo, la chispa encendida y la llama por arder.
/acuse de recibo/16-1-2014/ Twitter:@javier_ballesta