Con “Vivir es fácil con los ojos cerrados” y Maestras de la República, y- todo hay que decirlo- sin Wert, los #goya2014 han sido los Goya del magisterio, lo escribía el sociólogo educativo, Mariano Fernández Enguita , @enguita, en twitter, una afirmación compartida por muchos que vemos cómo el sentido común en ocasiones triunfa por encima de los grandes discursos políticos. La ausencia del ministro Wert, criticada por tantos y justificada por el mismo, por aquello de no partirse en dos, creo que fue una buena opción para no restar protagonismo a otros que de forma merecida, concentraron su atención. Ya está bien que los políticios tengan que ser protagonistas de las noches o de los eventos, mucho mejor que lo sea la película de David Trueba y su profesor inspirador y autor de esta narración que levantó la autoestima y la valoración de los maestros en los tiempos inciertos que vivimos.
Merece la pena leer la entrevista que LV publica de Juan Carrión, el profesor que acaparó la atención de las cámaras, además de gran parte de los aplausos , su humildad y agradecimiento se nota al decir«¡Yo no era el protagonista! Era David», y hasta bromea: «Lo que pasa es que me dio el Goya para que se lo sostuviera y la gente se pensó que lo había ganado yo». Tiene 89 años y apenas oye -«en la gala, de vez en cuando le daba un codazo a David para que me dijera lo que habían dicho porque no lo entendía», confiesa-, pero conserva la ilusión de un niño y sabía que la cinta de Trueba iba a arrasar: «Tenía una premonición y se lo dije bajito varias veces». «Ha hecho una película muy bonita y muy positiva que debería ver todo el mundo porque rezuma amor y bondad», dice este profesor de Inglés ya jubilado.
La mirada de la noche estuvo en David Trueba (Madrid, 1969) que no se dejó contagiar de la crispación antiWert y abogó por la conciliación en las tres ocasiones en que salió a recoger sus Goyas. El autor de la luminosa ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ -la gran triunfadora de la noche con seis estatuillas- superó discursos revanchistas y recordó que la gente del cine español vota a todos los partidos políticos. El cine, dijo debe saltarse a los políticos, para llegar a la gente… totalmente de acuerdo, que crezca el protagonismo de aquellos que trabajan en el oficio, en las ideas y en la imagen, los méritos y centros de atención tienen que estar ahí, en la obra y en sus creadores. Saltarse el protagonismo de los ministros es todo un éxito, en este caso al no asistir Wert no ha sido centro de atención, un gran acierto y también un gran éxito que la sociedad, a través del cine, hable de la enseñanza y valore a sus profesores. Un gran paso, necesario e imprescindible para subir el tono vital del magisterio, para amparar y creer en los valores de un oficio que, en muchísimas ocasiones queda encandilado por las otras voces que siempre ordenan, decretan y reforman pensando que las leyes son la solución a la educación, cuando debería ser primero la mejora de sus profesionales y tener cuidado y esmero por primarla. En esta ocasión y sin Wert , el cine ha sido más pedagógico y cercano a los ciudadanos que el ministro, para subrayar el valor de la educación y de los verdaderos protagonistas, mi más sincera enhorabuena¡