En los últimos días hemos visto en los medios la trascendencia de Adolfo Suárez, aquel presidente del Gobierno que tras la muerte de Franco, supo gestionar el cambio político y dar el paso de la reconciliación entre los ciudadanos para salir del oscuro laberinto del pasado y levantar un país que estaba hundido. Mérito tuvo este político en tirarse el ruedo y hacer de la concordia su bandera, por encima de otras virtudes que muchos han mencionado. Ahora, ya muerto cuando nos deja y hace muchos años que su presencia estaba olvidada en la recámara del ayer hemos comprobado, ante el efecto de su último adiós, las alabanzas y el reconocimiento explícito de muchos que han subrayado el sentir transmitido de ser un gran político, al que le tocó luchar en uno de los momentos más difíciles de la historia, por encima de todo. Quienes ahora peinamos canas y los que nos preceden, sabemos al detalle los momentos clave de la Transición y el papel que Suárez desempeñó en cada uno de ellos. En cambio, quienes nacieron ya en democracia en muchos casos desconocen cómo se llegó a ella y quienes forjaron esa etapa crucial en la historia reciente de España. Al mismo tiempo, hay quien no tiene ni idea aún -sobre todo antes de este fin de semana- de quién fue Adolfo Suárez y que significó para este país. Algunos nos preguntamos cómo es posible este desconocimiento tan grande y cuestionamos cómo el sistema educativo que tenemos que no garantiza que el personal aprenda sobre la historia reciente, la cercana y los problemas derivados desde un mayor análisis de esta actualidad.
En este sentido, algunos diarios digitales salieron a la calle ante el anuncio de la muerte inminente del expresidente, para comprobar si los jóvenes españoles saben explicar quién es este político. Los resultados del experimento con chicos y chicas, con la mayoría de edad bajo el brazo, deja mucho que desear. Las respuestas fueron muy parecidas: “No tengo ni idea de quién es”, “me suena, pero no sé” o “fue un presidente que está muerto desde hace mucho tiempo”. Algunos sí que saben que fue un presidente del Gobierno, pero no saben decir nada más de él. Entre otros, la ignorancia es absoluta, como cuando se refieren a que “Pertenece a la dinastía o a los Reyes, ¿no? Dio un Golpe de Estado o algo, o algo de los Reyes que pertenece a la dinastía”, llega a decir un joven. La sensación que se tiene es que “lo que sucedió hace 35 años ya les parece prehistórico” y que le conocerán cuando lo estudien. “Si le llegamos a estudiar”, apostilla una estudiante.
El cuadro, sin duda patético, para tomar nota. Una vez más se comprueba cómo algunos jóvenes desconocen los valores y los logros del pasado reciente, habrá que garantizar desde las aulas que haya un hueco para la actualidad y para esos imprescindibles que fueron un modelo de referencia en nuestra historia.
27-3-2014/ Acuse de recibo / Javier Ballesta / Twitter:@javier_ballesta