En pocas horas se agotaba en los quioscos franceses la edición especial de la revista ‘Charlie Hebdo’ tras el atentando yihadista que sembró de duelo a París. Desde muy pronto se formaron colas para tener el nuevo número del semanario satírico que en apenas quince minutos se agotaban en muchos puntos de venta. Una edición con tres millones de copias (frente a los 50.000 habituales) donde, de nuevo, el profeta Mahoma es el protagonista de su portada, una caricatura en la que aparece sujetando el cartel de ‘Je suis Charlie’ (Yo soy Charlie)- la nueva consigna mundial de repulsa al terrorismo yihadista- en clara referencia al atentado contra su sede y en la que murieron varios de sus trabajadores. El autor de la portada, explicó en rueda de prensa cómo seguía siendo Mahoma el protagonista porque es su personaje favorito, además el que les costó el incendio de la sede del semanario y por el que les ha valido la fama de peligrosos e irresponsables. En esta ocasión, ha representado a un monigote bonachón que llora. Lejos de dar “caña” ante el dolor perpetrado, un mensaje de reconciliación y perdón se deja caer en este nuevo dibujo de Mahoma ahora más simpático, totalmente diferente al que defienden los terroristas.
Una portada impensable a la que quizás muchos esperaban, ante la respuesta a ese dolor perpetrado por el asesinato de sus periodistas, pero al mismo tiempo han demostrado, de nuevo, que su mensaje defiende una apuesta valiente, sin cambios de signo, ni de rumbo, tampoco de modos de hacer su trabajo porque su periodismo gráfico es fruto del consenso, del trabajo en grupo, aunque en estos días de duelo debe ser difícil mantener el tipo, agarrarse al lapicero, al ordenador y tirar del hilo de la invención, para seguir apostando por la tolerancia incomprendida, con sentido del humor de una ciudadanía que quiere ser libre, por encima de todo.
Sin embargo, el odio sigue ahí, rezagado en la trinchera, en la retaguardia, y vemos como no todo está perdonado, al menos desde la organización terrorista Al-Qaida en Yemen, quien ha reivindicado en un vídeo el atentado cometido la semana pasada por los hermanos Said y Cherif Kouachi contra la revista satírica ‘Charlie Hebdo’. El dirigente de la organización ha señalado que “la invasión bendita de París” fue planeada y financiada por la cúpula de su organización en “venganza” por las ofensas contra el profeta Mahoma.
El golpe contra los franceses abre una grave herida en el corazón de nuestra vieja y competitiva Europa que ha ido por libre y donde cada país se ha solucionado sus problemas, ahora creo que toca volver a reformular y a buscar cauces para clarificar qué y cómo se solucionan los asuntos que amenazan a muchos, más allá de la propia frontera del país. El perdón exige unión de los políticos y la defensa de los valores comunes contra las ideologías excluyentes. ¿Sabremos unirnos ante el enemigo?