El instituto Joan Fuster de Barcelona nunca olvidará la tragedia del pasado lunes, un 20 de abril terrorífico, demoníaco y rabiosamente mortal que se apoderó de toda la comunidad educativa y de los ciudadanos, que nos quedamos congelados ante otra monstruosidad y nos preguntamos: ¿cómo es posible que esto ocurra? Nadie imagina que se puedan dar estos actos, nos cuesta creer que es real, que ha podido ser real aunque sí lo vemos continuamente en en los films americanos, y también- y nos viene a todos ese recuerdo- de esas tragedias tan mediáticas que, en ocasiones, han ocurrido en colegios e institutos de Estados Unidos.
Ahora, la ficción no existe y nos ha tocado muy de cerca. Algo impensable, ni predecible para nadie que piense que hablamos de menores, de asesinato de un profesor y de varios heridos. Muy de mañana, sobre las 9.20 según relataron alumnos y docentes del centro, al iniciar una semana que ha sido y será trágica para muchos, una auténtica desgracia donde el daño es irreparable. ¿Qué está pasando para que ocurran estos hechos? Sin duda han sucedido unos hechos muy graves, dijo la directora al referirse a esa tragedia, momentos de mucho dolor, de dolor intenso, donde la calma es difícil de conseguir.
Estamos de nuevo, sin querer, con acontecimientos que nos sobrepasan, van más allá de lo que sabemos, nos encontramos huérfanos ante esta monstruosidad. Nadie quiere, ni mucho menos, desea tirar fuerte a la diana, tampoco culpabilizar con un dedo en el pecho a un menor, pero nos tenemos que cuestionar ¿qué hay detrás de todo esto? ¿Qué habrá pasado por la cabeza de ese alumno? En estos momentos desconocemos las razones y los motivos que ampararon al adolescente a realizar este ataque mortal, armado con ballesta y cuchillo, irrumpiendo de manera violenta en la clase de 2ºB de ESO, donde se desarrollaba la asignatura de Lengua. El escenario del terror se apoderó de los pasillos y las clases del instituto. A sangre fría, abrió la puerta, dio los buenos días y atacó a la profesora y quedó herida. Tras sembrar el pánico entre sus compañeros salió al pasillo dando golpes y al salir el profesor, el presunto agresor le atacó con la ballesta y le mató con un arma blanca, una puñalada entre el pecho y el abdomen. El profesor, Abel Martínez, de 35 años apenas llevaba una semana en ese centro. A las puertas del instituto había opiniones para todos los gustos a la hora de hablar del autor de esta tragedia. Ahora toca, plantearnos qué hay detrás de lo ocurrido. Sabemos que no será fácil diagnosticar la causa, pero resulta llamativo puestos a subrayar algunas cuestiones. Se habla de los consumos mediáticos del joven, como seguidor de series ultraviolentas, su pasión por videojuegos de lucha, la invasión zombi y, a la vez, se jactaba de tener un arsenal en casa (ballesta, cuchillos, cócteles molotov…) ¿y digo yo estaban al corriente los padres del menor?