La revista “Cuadernos de Pedagogía” celebraba la pasada semana por todo lo alto sus 40 años de publicación ininterrumpida en un encuentro que tuvo lugar en la Casa del Lector, en el centro Matadero de Madrid, un espacio privilegiado para la cultura y el arte, donde acudimos junto a otros colaboradores a festejar este cumpleaños de la primera publicación exponente del periodismo educativo que surgió en 1975 y ha sabido mantener su identidad por encima de todo. ¡ Ya cuarenta tacos de esta revista y también 40 años de educación, 40 años de evolución tecnológica, 40 años de cambios políticos y sociales…Un sinfín de retos educativos que han servido para que muchas generaciones de lectores incorporen sus sueños a la mochila del oficio, a la vez que muchos de esos interrogantes y cuestiones sobre las que hemos visto en esa trayectoria, siguen estando ahí presentes, siguen en el camino, son el motivo y el sentido de que esta revista siga teniendo su hueco porque nació para innovar, renovar y cambiar y, ahora sigue en ello, apuesta por el cambio, la renovación de las ideas y sigue con su empeño, razón de ser, para no bajar la guardia, porque son muchos los temas que están aún sin resolver. Todo un logro, un éxito llegar a este momento publicando mes a mes, sin parar contra viento y marea, a pesar de los pesares y con lo que está cayendo que como sabemos, no es poco y en especial en el mercado editorial, en el mundo de los libros, las revistas, los periódicos…
Hablar de “Cuadernos de Pedagogía” , es hablar de la historia de la educación española, de la educación durante la democracia. Es hablar de innovación, renovación pedagógica. Es hablar de experiencias frescas, escritas a pie de aula, entre pasillos y clases, cercanas y sentidas en muchos colegios e institutos que apuestan por el milagro, sí hacer el milagro diario de entusiasmar a niños y jóvenes con la vida, con el aprendizaje, con sus sentimientos y emociones, con los conocimientos…. Hablar de “Cuadernos”, también y mucho es levantar la voz en defensa de los docentes, de los maestros, los profes que tienen que ponerse “las pilas” todos los días y con aguante llevar el timón de la nave, contra viento y marea…es apostar por ellos, ante la incomprensión y la falta de estima que, en muchas ocasiones sienten por verse abandonados, dejados de la mano y sin rumbo.
En estos momentos, necesitamos apostar por el cambio educativo y la renovación pedagógica desde el compromiso personal. Ahora hay que encajar la manera de que los nuevos docentes no se dejen llevar por la tentación del silencio, hoy más que nunca tenemos que apostar para que la lectura sea un arma cargada de futuro y deseo que esta publicación tenga por delante otros tantos años, porque su predicamento no está agotado, ni trasnochado, sigue vigente como en su niñez, aunque pinte canas.