Ahora que tenemos el follón montado en este país, cuando estamos a la espera de saber por dónde saldremos y hacia dónde caminaremos nos encontramos con algunas curiosidades que, a más de uno nos confirman el mal hacer de algunos, por su interés manifiesto por escaparse del naufragio, a toda costa, antes de que la nave vaya a pique…. Dicen que estas historias pasan, que siempre han pasado, que es más de lo mismo y que vienen causadas por una tendencia bastante generalizada en aquellos que viendo la que se pueda montar y antes de que eso ocurra, lo mejor es escapar para que no les pille el derrumbe, aunque no les preocupe por supuesto dejar a la tropa a raso y con el síndrome de “cuando los problemas crecen”. Los inventores de las tramas se van a modo de “huída”, pero no se retiran ni se recluyen, se van a trepar a seguir trepando y a subir en beneficio de su promoción personal y por supuesto incrementando el nivel de ingresos y la calidad de vida, la propia, no la ajena para así alcanzar el retiro dorado.
Este fenómeno propio de marchar sin despedida, abandonar el compromiso adquirido del nombramiento por años, tras una elecciones a las que se presentaron o fueron designados, y dejar la hipoteca para el que siga, lo han hecho algunos y no les ha importado hacer la “pelota” a diestro y siniestro, con tal de salirse por la tangente, coger sus maletas y a volar, abandonando el duro banco de las iras y la crítica de los ciudadanos. Eso es lo que quiere hacer el amigo Wert, con su “pesada” cartera ministerial después de los líos que ha montado. Sabemos que el titular de Educación pidió hace medio año a Mariano Rajoy que le relevara y le nombrara embajador ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con sede en París. El presidente le respondió que no era el momento, que «aguantara» en el sillón, pero Wert perseverante en su idea del “aquí te pillo, aquí te mato”, sigue insistiendo para coger la plaza que, al parecer queda vacante en estos días y, al ser un nombramiento que es “a dedo”, del presidente del Gobierno, hay que aprovechar ahora el momento no vaya a ser que tras las elecciones generales ya sea inviable. Al margen de los deseos que pueda tener Wert de dejar cuanto antes su cartera, sin embargo no lo hace para recluirse en su oficio profesional, la decisión de Wert obedece sobre todo al nombramiento de su actual pareja sentimental y número dos del ministerio, Carmen Gomendio, como directora general adjunta del organismo internacional. Una decisión tomada sobre todo con el corazón en la mano: Wert y Gomendio tienen previsto contraer matrimonio en los próximos meses y fijar su residencia alejados del mundanal ruido educativo. Y a olvidar los malos ratos pasados, una merecida recompensa ¿no?