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Javier Ballesta

Acuse de recibo

La incertidumbre de las reválidas

Me temo que este nuevo curso escolar será uno más como los anteriores, aunque con un gran ruido mediático ante la dichosa reválida, por el rechazo de bastantes docentes que siguen viendo cómo las decisiones se toman en las alturas, en contra del sentido común y el sentir de los implicados que necesitan una respuesta clara ante la incertidumbre que padecemos.

Sin embargo, este Gobierno en funciones, en su Consejo de Ministros del pasado 19 de julio, en vísperas de cerrar la persiana para irse de vacaciones,  no cedió en su empeño y, contra viento y marea, dio luz verde a las reválidas de ESO  y Bachillerato, mediante un  decreto donde se regulan las evaluaciones finales de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y de Bachillerato de la Lomce que se aplicarán este curso, con carácter obligatorio para obtener el título, y la de Bachillerato servirá para acceder a la universidad, sustituyendo a la conocida  vieja Selectividad, que este septiembre se ha despedido de los estudiantes, tras 41 años de prolongada vida.

Según el decreto, en 2º de Bachillerato tienen que realizar una prueba en junio cuyo diseño aún es desconocido. Es el primer año que se implanta y por eso en esta ocasión aprobarla no es vinculante para titular, aunque cuenta para la nota media. En los próximos cursos será necesario sacar un 5 al menos para obtener el título de Bachillerato. El Ministerio de Educación tiene como fecha límite el 30 de noviembre para aprobar la orden ministerial con las características de las pruebas.

La reválida se ha metido con calzador, en un momento en el que este país está de patas arriba, con la paradoja de no saber quién tirará de él, en una honda confusión y en ese sinvivir provocado por los políticos que no se ponen de acuerdo, pero que siguen pegados a las prebendas del sillón.

Con este cuadro surrealista no creo que sea el momento de introducir novedades significativas que puedan hipotecar a muchísimos implicados que sufrirán estas consecuencias.

Profesores y alumnos suponían a finales del curso pasado que en este prolongado paréntesis que llevamos sin acuerdos políticos, para formar Gobierno, lo correcto hubiera sido prorrogar un curso más la conocida Selectividad, mientras tanto se vería cómo cambiar, poner  o quitar nuevas formas.

Ante una situación tan atípica, lo coherente hubiera sido esperar, pero no cambiar si  no van acompañados de la información precisa y necesaria para iniciar un curso conociendo las reglas del juego.

En los institutos se ha colado la incógnita de la nueva reválida, un tema monográfico que se vive en los  pasillos como un gran quebradero de cabeza para los profesores que viven en la más absoluta falta de información y  tienen que preparar a los estudiantes que tienen motivos para vivirlo con gran inquietud, mientras muchos ciudadanos pensamos que  todo es una auténtica chapuza.Así como suena.

 

El blog de Javier Ballesta

Sobre el autor

Articulista de Opinión del diario La Verdad. Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia. @javier_ballesta


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