Campeones es una gran película que ya muchos habrán visto y otros seguro que pronto la verán, por la buena crítica que le acompaña y por ser ganadora del Goya a la mejor película de 2018.
Una comedia dramática, en la que se muestra cómo Marco, un entrenador de baloncesto, deberá hacerse cargo de un nuevo equipo muy especial.
Sin embargo, su reconocimiento brilló la otra noche en la gala de los Goya cuando la máxima emoción vino de la mano del actor Jesús Vidal quien consiguió poner la piel de gallina a todo el auditorio al recoger el premio al mejor actor revelación. Sus palabras, en tono menor pero cercano, decían aquello de :”Señores y señoras de la Academia, ustedes han distinguido como Mejor actor revelación a un actor con discapacidad. Ustedes no saben lo que han hecho…” arrancando una carcajada en el público.
El mensaje directo y firme, aunque declarativo y con un tono nada habitual, al dirigirse al auditorio he de reconocer que me cuestionó si el guion aprendido era fruto de la improvisación o del discurso confeccionado a priori, entre bambalinas y con intencionalidad premeditada. De hecho me pareció una auténtica clase expositiva, rompedora de la lógica sobrevenida en estas galas. Su discurso pedagógico no tenía desperdicio cuando señalaba aquello de: “Me vienen a la cabeza tres palabras: inclusión, diversidad, visibilidad. ¡Qué emoción! Muchísimas gracias”.
La sinceridad y generosidad del compañero Vidal, para el que ha sido “un verdadero reto” interpretar a un personaje como Marín, se dirigía a sus nueve compañeros del equipodestacando en ellos la frescura, espontaneidad, talento.
Un discurso agradecido que rompía ante un auditorio que le aplaudía emocionado y en el que todo parecía imposible y milagroso. Sus palabras de agradecimiento iban más allá de los actores, director y equipo para dirigirse, en especial, a su familia: a sus sobrinos, a sus hermanas y sus padres. “Mami, gracias por darme la vida, por dármelo todo. Porque hiciste crecer en mí el amor hacia las artes. Y porque me enseñaste a ver la vida con los ojos de la inteligencia y del corazón. Te quiero todo”. De su padre, dijo que era la persona con más ternura del planeta, sin pretenderlo y porque con solo una sonrisa, cambiabas, y cambias el mundo. Queridos padres, a mí sí me gustaría tener un hijo como yo. Porque tengo unos padres como vosotros, muchísimas gracias”.
Ahora que he vuelto a visionar el vídeo de la noche de los Goya, cuando Vidal nos emocionó con sus palabras, quisiera destacar el poder de los medios para cambiar y crear buenos mensajes.
Una lección que se aprende de estos Campeones que rompen con la huella de la discriminación en las personas con algún tipo de discapacidad.