En la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2019, Salman Khan, al recoger su reconocimiento a la Cooperación Internacional, con un emotivo discurso, recordó la historia de Sultana, la brillante estudiante de Secundaria afgana que hace ocho años tuvo que recluirse en su casa sin poder ir a la escuela, por la guerra. Ante la curiosidad de la joven, un ordenador portátil con conexión a internet regalado por su cuñado fue el milagro ‘salvavidas’ que le ayudó a superar la marginación.
Aquella joven descubrió la Khan Academy y en sus ratos libres se formó en matemáticas, biología, química y física, y se acabó preparando, a escondidas, un examen de admisión a la universidad en EE UU. Sultana obtuvo asilo político y hoy es investigadora en computación cuántica en Caltech, una de las mejores universidades del mundo. Este testimonio muestra cómo la Educación puede ejercer como ‘salvavidas’ para muchos y en especial, para todos aquellos que sufren los efectos negativos de las guerras y son excluidos del sistema, mientras van quedándose fuera de juego, al borde del camino, en ese absentismo constante de los empobrecidos, de los excluidos que cada vez cuentan menos en la sociedad veloz que tenemos. Ante esta realidad, como Khan apuesta, la tecnología puede humanizar, para luchar contra la exclusión y la desigualdad, territorio en el que se emplea a fondo.
La formación es una puerta abierta a la vida, a la libertad, a la igualdad, y hay que apostar por conseguir que la vida de los jóvenes y de los escolares sin recursos pueda ser transformada. Ese enfoque por humanizar la tecnología es la base de todo el proyecto pedagógico que desarrolla basado en el acceso a una Educación de calidad y gratuita.
En su discurso, Khan rechazó la idea de que un ordenador pueda sustituir nunca a un profesor, pero subrayó que este sí puede servirle de apoyo en su «heroico servicio de tratar de satisfacer las necesidades de cada alumno». En su estancia en Oviedo, este profesor se reunió con universitarios de la facultad de Educación y con escolares y usuarios de su plataforma. Khan insistió en la necesidad de fomentar el «pensamiento crítico» desde la escuela frente al auge de los movimientos populistas.
Ahora que estamos siendo atizados por vendavales violentos, donde perdemos la cordura y la sinrazón apunta lejos, hoy más que nunca tendríamos que apretar las clavijas y sacar tiempo para pensar y hacer, construir aprendizajes activos, permitiendo a los estudiantes crear sus propios vínculos, donde puedan descubrir y valorar el potencial de las ideas, los sentimientos y más aún de las personas.
La sociedad necesita de buenos docentes que apuesten por mejorar la formación y conseguir que la igualdad de oportunidades de los alumnos permita llegar al mismo nivel de conocimiento, independientemente del tiempo que cada uno necesite. Una apuesta clara y decisiva que no podemos dejar para mañana. ¡Queda tanto por hacer!