Otoño prodigioso
Cada vez que veo y escucho una interpretación de Orson Welles sus cenizas, aquellas que tiraron hace treinta años a un pozo en la finca rondeña del torero Antonio Ordóñez, vuelven a hacerse corpachón. Qué vivo sigue Welles. Su voz continúa crepitante, como si asistiéramos a un fuego inextinguible ante la chimenea. Está semiolvidada hoy […]