La Providencia permite, en su infinita misericordia, que las desgracias le vengan a la gente de tres en tres. Nunca ocurre una gran desgracia por separado. Eso dice la cínica creencia popular, y es bastante cierto. Las desgracias de la vida llegan en grupo, como los conocidos que se mueren durante los veraneos (algún día […]
En una ocasión, la madre de un amigo de la infancia, que en el pasado fue monja, contó en mi presencia algo extraño a lo que, aseguró, había asistido en su convento, situado en algún lugar de Navarra. Ella había guardado silencio durante treinta años sobre lo que creyó escuchar y ver. Era uno de […]
En la Universidad de Murcia, un trabajador se quitó la vida este verano. Por ese miedo tan español a que la información sea mal ejemplo para la sociedad, trató de evitarse que el suceso trascendiera. El trabajador salió de su despacho y se metió en otro del mismo pasillo (que disponía de escalera con barandilla) […]
En los últimos meses, por circunstancias, creo que he reflexionado más de la cuenta. La reflexión puede ser dañina en grandes cantidades, como beber demasiada agua transparente (de la que no abuso). Quien medita durante excesivo tiempo luego no sabe volver a la superficie. A quien pretende sublimar los pesares de su vida para darles […]
José Antonio Martínez-Abarca. Nació una vez en un sitio tan bueno como otro cualquiera. Es lo que antiguamente solía llamarse un "columnista de prensa". Ha publicado demasiado sobre demasiados asuntos en diversos periódicos; pero guarda pocos recuerdos de ello, como si le hubiese sucedido a otro. Puede que, en efecto, fuera otro. Esto es lo primero que escribe sin aplicar la autocensura. Todos los lugares y hechos de este diario serán reales. Sólo se ocultarán algunos nombres por una doble cortesía: hacia el pudor de las señoritas y hacia el vigente Código Penal.
Pretendo sólo salvar lo que de valioso hay en cualquier pequeño infierno cotidiano, para hacerlo llevadero y a veces sublime.