Los socialistas de Calasparra tienen fama de raros dentro de la variopinta familia del PSRM-PSOE. Desde los tiempos de Juan Manuel Cañizares y Carlos Collado, la agrupación de Calasparra iba de independiente y a su bola. En los agitados congresos no se sabía a quién iban a apoyar. Claro que eran otros tiempos y otra épica. Jesús Navarro es uno de los bastiones municipales que le quedan al PSRM, junto a Francisco Abellán, de Jumilla, además del Mar Menor (Los Alcázares, San Pedro del Pinatar y San javier), Bullas, Beniel, Moratalla, Mula. Albudeite y Campos del Río. Los primeros, junto con Esteban Egea, primer edil de Bullas, son los más veteranos en las lides del partido.
Navarro tiene ascendencia dentro del PSOE por mantener el fuerte de Calasparra durante tres legislaturas, y cuentan que siempre ha querido estar y permanecer en la Asamblea Regional. Ésta puede ser su oportunidad. Las primarias murcianas tienden a escenificar un fair play entre Navarro y Retegui para mantener encendida la llama de la notoriedad y la presencia diaria en los medios de comunicación. Han empezando dándose sopitas y puede que la cosa acabe igual (nunca se sabe) porque lo que menos necesita ahora el PSRM es un ‘cocido madrileño’, donde están empezando a sacar las navajas. Resulta extraño -aunque no tanto- que fuentes muy próximas a Ferraz dieran por hecho que Retegui iba a ser la única candidata y de pronto, zas, Navarro salta a la arena. Y otra de mosqueo: la ejecutiva regional tenía previsto reunirse el jueves 26 y retrasó la reunión al lunes 30. Había muchas llamadas que hacer.
(Por cierto, llama la atención que el senador Francisco Abellán no haya salido a la palestra ante la decisión del Ministerio de Fomento de rescatar sólo dos tramos de la autovía del Altiplano que ya estaban en obras -aunque muy lennnnntas- dejando el resto de este vial colgado de la brocha. Léase Yecla. Quizás pensara que, como beneficia a Jumilla, todos tan contentos. Si hubiese sido el revés, imagínense la que se monta. De todas formas, lo peor hubiera sido que la obra se quedara muerta. Quien no se contenta es porque no quiere).