Sí señor. Con un par. El presidente de la Junta de Andalucía, el socialista José Antonio Griñán, ha ido de compras a Madrid y Rodríguez Zapatero le ha regalado 120 millones de euros, como el que no quiere la cosa. Es la cuarta parte de los 500 millones adicionales que, dicen, cuentan, narran, se ha sacado de la chequera el Gobierno de la nación para hacer más digerible el recorte de inversiones en infraestructuras.
Griñán ha ido a La Moncloa a por la morterada de millones para su comunidad autonóma, ya que las obras que debe realizar son im-pres-cin-di-bles oiga para su región. Y los demás que espabilen y arreen. Como presidente andaluz, ha hecho lo que tenía que hacer, faltaba más, lo cual no merece ningún reproche. Claro que podía ser más solidario para que esos 500 millones queden mejor repartidos con el resto de regiones amigas. Pero bueno, a tirar para casa. Qué le vamos a hacer.
Luego está Rodríguez Zapatero, que resulta que recibe a su amigo Griñán en una reunión de dos horas muy provechosas y le da la mayor parte de la tarta. Y que se mueran los feos. Pasa por encima de su ministro José Blanco, quien parece ser que va a explicar en el Congreso lo que va a hacer con esos 500 millones, cuando por detrás Zapatero ya los ha repartido. Surrealista.
Con Javier Arenas a punto de desbancar al PSOE en Andalucía, según las encuestas, ya le vale a Rodríguez Zapatero darle a Griñán todo lo que pida. Ídem con Castilla-La Mancha. Barreda ha declarado que en su Región no se retrasa ninguna obra.
Sin embargo aquí en la Región de Murcia, oiga, nuestras obras pendientes no tienen punto de comparación con la urgencia de la maltratada Andalucía, que ya recibió con don Manuel Chaves una otra morterada de millones a cuenta de su deuda histórica. El mismo Chaves que luego vino a Murcia, siendo vicepresidente, y dijo, sin cortarse un pelo, que nuestra deuda histórica no se iba a pagar porque no estaba incluida en el Estatuto de Autonomía. ¡¡¡Oleconole y olé…!!!