La ministra de Fomento, Ana Pastor, va cambiado de registro conforme pasan los días, a la vez que cae en tremendas contradicciones cuando se trata de manejar el presupuesto de su departamento. Está prometiendo obras a troche y moche e incorporando nuevos proyectos aquí y allá pero no dice de dónde piensa sacar el dinero. Critica a la anterior Administración socialista por haber dejado un ¿agujero? de 40.000 millones de euros. Que explique cómo se ejecuta la obra pública, antes y ahora, sin tirar del presupuesto y generar obligaciones de pago. Otra cosa es que se tire con pólvora de rey sin tener soporte financiero detrás para pagar luego las facturas.
Excesos los ha habido siempre. El PSOE dejó un buen reguero de obras faraónicas con una rentabilidad más que dudosa. Los aeropuertos de Barajas, Barcelona y Alicante son un botón de muestra de la borrachera inversora. Ana Pastor llegó con el mensaje de que no se harán más obras faraónicas y que todo lo que se proyecte tendrá detrás respaldo financiero. Seriedad, señores, dijo.
Pero esto no se compadece con la barra libre que acaba de abrir proponiendo a la Comisión Europea que incluya nuevos corredores y, ¿por qué no? el paso central por el Pirineo, que muchos consideran un disparate económico. Eso sí que son las pirámides. Cómo se nota la mano de Rudi y del Gobierno de Aragón (PP-PAR). El argumento de la ministra es que no se puede desairar a las comunidades autónomas que piden lo suyo. ¿Es eso una visión de Estado?
Pero mire usted, si quieren hacer el pedazo de túnel, que por lo menos que haya coherencia. Proyectos faraónicos para todos. Tremendo.
Aquí en la Región de Murcia promete construirlo todo… ¿Para cuándo? La única cifra que ha dado hasta ahora es que lanzará un nuevo plan de infarestructutras… HASTA EL AÑO 2024. Qué más da cuatro añitos -más- de nada.