A vueltas otra vez con los sueldos de los políticos. La decisión de Rafael González Tovar de cobrar 3.500 euros netos al mes como secretario general del PSRM-PSOE ha encendido algunos foros, en los que, para variar, las opiniones –descalificatorias, las más– se emiten en una dirección u otra según la adscripción política del firmante, algo que, francamente, empobrece el debate y lo reduce al “y tú más” de cualquier patio de colegio.
A ver. ¿Es demasiado dinero 3.500 euros mensuales netos para el secretario general de los socialistas? ¿O es poco? ¿Comparado con qué otra remuneración es mucho, es poco o está bien? ¿Con la nómina de Valcárcel, que cobra más pero preside la Comunidad Autónoma, o con la del anterior secretario general, Pedro Saura, que no estaba liberado en el cargo, quizá porque ya cobraba como diputado al Congreso? A mí me parece que la cuantía es la adecuada (3.500 euros), si, como González Tovar sostiene, se trata del mismo dinero que hubiera percibido en su puesto de médico del Servicio Murciano de Salud. No sería ésta una mala medida para la totalidad de los altos cargos públicos, aunque se le pudiera aplicar después algún elemento corrector, como un mínimo digno y un máximo intraspasable; es decir, dedíquese usted a la política a cambio de la misma retribución que recibía por la ocupación que ha dejado atrás: póngase de sueldo lo que figura en su última declaración del IRPF. De esta forma, serían menos quienes medran por dedicarse a la gestión pública.
El debate es otro, y gravita en torno a la duda de si está justificada la liberación del secretario general del PSRM-PSOE, que no ocupa acrgo institucional alguno y dirige un partido con muy pocos alcaldes y un grupo reducido de diputados regionales en la oposición. Ahí está la cuestión, y no tanto en la cuantía del sueldo. ¿Está justificado que González Tovar se dedique al PSOE a jornada completa? Mi opinión es que resulta innecesario; tal vez en campaña electoral, sí; quizá en otra época, pero no en este momento.
Ahora bien, si él resuelve lo contrario, y a su partido no le parece mal, bienvenida sea la liberación… y, por lo dicho aquí, también el sueldo que cobrará.