‘Juma’ (Juan Manuel Cañizares) era una leyenda en el PSRM-PSOE de los ochenta y los noventa. Maniobrando al más puro estilo guerrista, hacía y deshacía ejecutivas del partido y aupaba y destronaba altos cargos del Gobierno regional. ‘Juma’ cinceló su figura a base de secretismo y de alianzas de conveniencia que fraguaba en torno a una mesa camilla, según criticaban sottovoce los compañeros que se veían desplazados por sus resoluciones. La frase «Yo no sé nada, pregúntale a ‘Juma’» se hizo célebre en los congresos del PSRM-PSOE, a cuyos delegados la sombra del secretario general dejaba poco margen para decidir. Esta forma de conducir al partido derivó más tarde en deslealtades que terminaron por arruinar su patrimonio electoral.

Los dirigentes socialistas de hoy están en otra onda. Han tirado aquella mesa camilla por la ventana, y lo que ahora se disponen a discutir -y a decidir en referéndum-, es quiénes podrán votar en las primarias de las que saldrá su candidato a la Comunidad Autónoma (afiliados o afiliados y también simpatizantes), y cómo elegir al secretario general: si solo a través de compromisarios en un congreso, como siempre se hizo, o mediante sufragio de toda la militancia. La propuesta de Rafael González Tovar aprobada en la última reunión del Comité Regional contempla incluso referéndums ocasionales para fijar la postura del partido ante asuntos de política general. El PSRM-PSOE cambia así un modelo tradicional de organización, en el que la voluntad de los afiliados se doblegaba ante lo que determinaban unos pocos, por otro más participativo y transparente. Este giro copernicano se produce además en un momento en el que su adversario, el PP, asiste desorientado desde la grada del teatro al proceso sucesorio de Valcárcel, al que los militantes populares no están ni siquiera convocados y del que solo saben con certeza, al igual que les pasaba a los socialistas en aquellos congresos de los ochenta y los noventa, que Valcárcel hará, como ‘Juma’ hacía entonces, de su capa un sayo.