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Joaquín García Cruz

Menuda política

'Liderando el cambio' se pone a caminar

En la Grecia antigua se tenía ya conciencia de la necesidad de articular una sociedad civil, redefinida por Jürgen Habermas y otros filósofos modernos como democracia deliberativa pero que en esencia significa lo mismo: grupos que defienden los derechos individuales y se mueven desde fuera como satélites orbitando alrededor del sistema, para impulsar un cambio de rumbo. Por increíble que parezca, en España la sociedad civil no existe o carece de pulso. No está organizada. Tampoco en Murcia, donde a la partitocracia dominante en el país se añade una estructura social con rasgos heredados del mundo rural. Todos nos conocemos, somos interdependientes, y en algún momento nuestros intereses se cruzan, dificultando que emerja una masa crítica. Las élites se pasan la vida criticando a los partidos, a los sindicatos y a otros grupos influyentes. Pero el tiempo transcurre, el poder se sucede a sí mismo una y otra vez, y la ‘intelligentsia’ se mantiene recluida en sus campanarios.
Croem y Cámara de Comercio
Decenas de profesionales liberales, empresarios, profesores, autónomos, comerciantes y funcionarios de Murcia están resueltos a cambiar esta dinámica. Llevan meses de reuniones discretas, calculando el momento de salir a la superficie, y ultiman ya un manifiesto fundacional, con objetivos, propuestas y un nombre: ‘Liderando el cambio para reconstruir el futuro de la Región de Murcia’. Tienen claro que no se constituirán en asociación ni partido político, sino que intentarán hacerse influyentes socialmente con declaraciones puntuales y a través de la presión que sean capaces de ejercer desde los ámbitos, foros e instituciones a los que ya pertenecen. Su primer propósito consiste en «estimular el relevo generacional en las estructuras en las que se toman decisiones ejecutivas sobre el devenir de la Región de Murcia». De los tres candidatos a presidir Croem (hay electores de ‘Liderando el cambio’ en la Asamblea General de la patronal), apuestan por Pedro Pablo Hernández (42 años) frente a José María Albarracín (52). La edad de un candidato no es para ‘Liderando el cambio’ excluyente, pero sí determinante, circunstancia que también les llevará a preferir a Pedro Antonio Sánchez (37 años) en detrimento de Juan Bernal (57) si, llegado el momento de que el PP designe al sucesor de Valcárcel, ellos han salido ya de sus cenáculos para hacerse visibles. Mostrarán su preferencia mediante comunicados ocasionales pero también practicando el boca a oreja allí donde puedan; por ejemplo, dentro del mismo PP, a cuyo entorno se adscribe también alguno de los promotores de esta plataforma. ‘Liderando el cambio’ luchará igualmente por propiciar un relevo generacional en la Cámara de Comercio de Murcia, en la que están incrustados por su actividad profesional.
Lo que sigue son premisas (no todas) que se recogen en la declaración de principios:
«La voz de la sociedad civil tiene la obligación de alzarse con fuerza y liderar el cambio que nos lleve a redibujar el futuro de nuestra Región».
«Retener el talento»
«La renovación generacional es un eje imprescindible de este cambio (…) Se hace ineludible la puesta en valor de capital humano preparado, al que hasta el momento no se le ha dado la oportunidad de acceder a los ámbitos en los que se toman las decisiones relevantes…»
«…la renovación generacional no se ha producido en la Región… asistimos a una oportunidad crucial para que se lleve a cabo el relevo en los ámbitos en que se toman las decisiones ejecutivas…»
«Se comparte la percepción del escaso protagonismo de nuestra Región en el contexto nacional, así como el trato que de forma discriminatoria y estructural hemos venido recibiendo como consecuencia de la escasa influencia que nuestros representantes (…) han ejercido o han sabido ejercer…»
«… nuevos modelos de gestión de lo público».
«promover la puesta en valor de líderes que compartan unas propuestas y valores mínimos…»
«Liderar el cambio no supone ‘salir a la calle’, ni dejar en evidencia a nadie, ni gritar más; solo es necesaria la unión paulatina de las personas (…), transmitiendo opinión, trasladando propuestas y aumentando de forma natural la presión necesaria…»
Cabe pensar que muchos ciudadanos se verán identificados con esta filosofía de ‘Liderando el cambio’. Cuando sus promotores bajen del campanario, y se decidan al empoderamiento, es decir, a dar la cara sin temor a la represalia o a la pérdida del favor de los gobernantes, se habrá dado en Murcia un paso hacia la consecución de una sociedad civil influyente. Entretanto, habrá que aceptar que persisten, indelebles, los rastros de un ruralismo con tics feudales que obstaculizan el salto hacia la modernidad.

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