Algunos se llevan el dinero a Suiza, pero él lo multiplica por diez aquí. En eso demuestra que es un patriota
Es posible que el alcalde de Murcia pueda disipar los claroscuros que los informes de Hacienda y los bancos arrojan sobre su patrimonio familiar, por más que el juez del ‘caso Umbra’, el fiscal y la oposición se barrunten un enriquecimiento de origen dudoso. Un vistazo benevolente a estos datos basta para comprobar que casi todo en la vida -y más aún en política- tiene una explicación.
Ha multiplicado por diez, entre 2001 y 2011, sus posesiones (como «fruto de mi trabajo», dice). Otros se llevan el dinero a Suiza y Andorra, o lo guardan en un trastero. Cámara demuestra que, en esto, es un patriota.
En dos años (2005 y 2006) no sacó ni un euro del cajero automático. Es un gesto de austeridad, que enaltece a Cámara como gestor público. Ningún economista, que se sepa, ha dado aún con la fórmula para que una familia con tres hijos pueda vivir sin gastar. Él la ha descubierto, aun siendo químico de formación.
Adquirió en apariencia sus cuatro viviendas (Murcia, Campoamor, Torrevieja y Orihuela) en 2009. Estuvo listo. Aquel año, el precio de los pisos había bajado ya un 40% por la burbuja inmobiliaria, y tarde o temprano volverían a subir. Vio que era el momento de comprar, y no como otros (Zapatero, por ejemplo), que fueron incapaces de atisbar lo que se avecinaba.
Tiene cuatro plazas de garaje en Murcia, de las que compró tres en un solo día. Normal: posee cuatro coches y necesita cuatro aparcamientos. Lo de adquirir tres plazas de golpe pudo obedecer al deseo -penalmente irreprochable- de conseguir un mejor precio por pronto pago.
Los suegros del alcalde ingresaron 13.700 euros a cada uno de los tres hijos de Cámara en 2005 y 2006. ¿Y qué, si podían? Envidia de abuelos tan generosos. La envidia es un pecado nacional del que no se libran ni la oposición ni los jueces.
Una finca de los suegros del alcalde fue comprada, «multiplicando su valor» (según el magistrado) por imputados del ‘caso Umbra’, los mismos que salen en varias fotos echando el alboroque de otra operación en el yate de un promotor favorecido por una recalificación. Vale, sí, pero Cámara no estaba en el sarao del barco, a diferencia de Sonia Castedo (la exalcaldesa de Alicante), que aparece en Youtube de juerga con un constructor. Lo más osado que se conoce de Cámara fuera del despacho oficial es que ha corrido el maratón de Nueva York, y que en 2009 se permitió abrir una cuenta en Twitter, que está tan mustia como su tarjeta del cajero automático. Por ahí no lo van a pillar.