Hay que asomarse al pozo para ver al PSOE, al que las encuestas han echado de un tablero donde ya solo parecen jugar PP y Podemos. La partida resulta inconcebible sin los socialistas, pero éstos se han enrocado, y no saben si sacar a la reina o pasear a los caballos. Están dormitando, ventilando su liderazgo y sus aflicciones en Twitter, dilucidando cuál es su espacio en el tablero, más amenazados incluso que la derecha por el ‘tic tac’ de Pablo Iglesias. La traslación a Murcia de este aletargamiento arroja peores sensaciones aún para el PSRM-PSOE, que ya en las últimas elecciones obtuvo aquí un castigo mayor, por lo que -de consolidarse la intención de voto que dibujó ayer el CIS-, tendrá que avisparse, y mucho, para no caer a las catacumbas.