Esperaremos a que la nueva política se destete, para comprobar que nace sana como el bebé de Bescansa. Lo que de momento nos ofrece es un teatrillo pintoresco decorado con faroles, vetos y líneas rojas, en el que los diputados recién electos cumplen ya un mes de vacaciones, el turno de audiencias con el Rey se trastoca en una partida de mus, el PP anuncia que será generoso -después de tanta arrogancia derrochada-, Podemos quiere imponerle los ministros al PSOE, Ciudadanos avisa de que no se sentará con Podemos, Sánchez e Iglesias se citan por Twitter para negociar la formación del Gobierno, y Rivera lamenta que a él no lo llaman, ni por teléfono ni por Twitter. Mucho camino le queda aún por desbrozar a la nueva política, así que seamos pacientes, antes de invocar a Murphy.