Los 140 folios del escrito de acusación del ‘caso Nueva Condomina’ dan para mucha lectura. Dejando aparte las conjeturas, y al margen también de los presuntos delitos apuntados por el fiscal -que la Audiencia Provincial ventilará cuando corresponda-, hay en el relato del Ministerio Público consideraciones que causan una desazón profunda. Sostiene el fiscal que la tramitación seguida en el Ayuntamiento para construir la Nueva Condomina antepuso a la legalidad exigible «el afán político de unos y el mercantil de otros», y que se consintió que una sociedad inactiva del promotor se quedara con los beneficios del proyecto que en buena lid pertenecían al Real Murcia C. F. Dos aseveraciones que, más allá de su relevancia penal, merecen un reproche social tan grande como el estadio de fútbol.