La que manda
La Púnica es un montón de porquería, con la que políticos, empresarios de pacotilla y comisionistas -todos, codiciosos, sinvergüenzas- se mancharon las manos para llenarse los bolsillos. En Cartagena dejó mierda también. Lo prueban los pinchazos. Da igual si aquel contrato llegó a ejecutarse, o si este otro fue abortado al llegar los UCO antes. […]