Adela Martínez-Cachá, la consejera valiente, ha requerido a la Confederación Hidrográfica del Segura para que le ponga una mascarilla de oxígeno al Mar Menor. Ya era hora, aunque quizá sea también tarde. La laguna lleva 20 años emitiendo señales inequívocas de alerta, y más se parece ya a una sopa verde, como los ecologistas denuncian, que al lugar hermoso que fue. ‘La Verdad’ recupera hoy en su web la denuncia más reciente que este periódico ha publicado de tamaño atentado medioambiental, y su visionado debería bastar para que a los gobernantes que han incumplido su obligación de evitar el desastre se les cayera la cara de vergüenza, pero, antes de que esto suceda, lloraremos otra vez -muchas veces-, ante el hallazgo de peces muertos flotando sobre las aguas verdes y turbias del Mar Menor.