Solo una lectura nacional del dilema existencialista del PSOE, y las urgencias del Comité Federal que este domingo deberá dilucidarlo, explica la negativa de Rafael González Tovar a sentarse con el Gobierno de Pedro Antonio Sánchez para negociar los pactos aprobados por la Asamblea en el debate sobre el estado de la Región. Empecinado en el ‘no es no’, Tovar huye cual gato escaldado de cualquier aproximación gestual al PP, aunque sabe que los pactos que ahora se niega a tomar en consideración responden a un mandato de la Asamblea, que fue la que instó al Gobierno regional a propiciarlos, con el voto a favor -por cierto- de Tovar y sus diputados. El PSRM, que ya ha recibido por esto rapapolvos a izquierda y derecha, arrostra el doble riesgo de verse excluido -en solitario- de los pactos regionales, y en Ferraz condenado a la soledad.