Mientras que un magistrado, Julián Pérez Templado, está ansioso por «averiguar y llegar a la convicción» de que la causa de cohecho que instruye contra Pedro Antonio Sánchez no esconde sino la compra «con total normalidad» de su vivienda (y lo sabemos porque lo ha confesado en una entrevista), otro magistrado del mismo tribunal, Manuel Abadía, cita al yerno de Valcárcel un viernes para que el domingo por la mañana le explique quién pagó su viaje de novios en 2007, en qué tipo de avión embarcó y qué escalas hizo la pareja antes de llegar a Australia y Nueva Zelanda. Cada asunto es un mundo, por lo que resulta arriesgado enjuiciarlo desde la barrera sin haberle visto los legajos, aventurar sentencias o comparar una investigación con otra, pero, a la vista de la dispar manera de instruir de ambos magistrados, dan ganas de apostar a caballo ganador. En ambas causas.