Pedro Antonio Sánchez (PAS) formó en el patio del Museo de Bellas Artes de Murcia un escenario cuadrado (para que nadie lo confundiera con un círculo), se hizo rodear por los suyos y por los que por allí deambulaban y quisieron asomarse, pasó lista (nadie faltaba, salvo Valcárcel) y presentó -así, a la intemperie- los libros blancos que inspirarán el programa electoral del PP. Prometió cercanía y habló a los periodistas de listas abiertas, democracia directa y referéndums. De regreso de Madrid, donde departió noventa minutos y se hizo selfies con Rajoy en los jardines de La Moncloa, se cambió el traje por los vaqueros, se quitó la camisa vieja con la que había sido investido por Valcárcel, y abrió de esta guisa la campaña electoral y -ya no hay duda- otra etapa en el PP regional.