El Congreso tiene hoy la ocasión de restañar una herida que deja pequeña a la de la memoria histórica, no por su magnitud pero sí por la intensidad del dolor causado. La Comisión de Sanidad debate dos proyectos no de ley en favor de las víctimas españolas de la talidomida, que siguen a la espera de un resarcimiento similar al que se ha dispensado en otros países a quienes nacieron también con graves malformaciones causadas por un compuesto químico que un laboratorio alemán comercializaba como sedante para embarazadas. El laboratorio terminó pidiendo perdón, y el Supremo no les reconoció el derecho a una indemnización solo porque el delito estaba prescrito. Si los diputados desean saber quiénes están tras las iniciativas que debatirán, pueden asomarse a la web de su asociación, Avite, y ahí los verán, posando con sus deformidades. No quieren lástima. Exigen justicia.