Pedro Antonio Sánchez se defiende del atestado de la UCO arguyendo que no llegó a firmar contrato alguno con la ‘Púnica’. Y así hay que admitirlo, más allá de otras consideraciones y de lo que el juez Velasco pudiera inferir de la investigación policial. La inexistencia de un documento firmado, y de pagos realizados, constituye por tanto la línea de defensa establecida por el PP, la trinchera tras la que el presidente se resguarda, con la anuencia -explicitada por Rajoy- de la cúpula nacional del partido. Pero esta misma línea roja que Sánchez no ha pisado, sí fue ampliamente rebasada por Pilar Barreiro, a la que los populares deberían apear de la candidatura al Senado. Sánchez no firmó, pero Barreiro sí; ella firmó, pagó y, como resulta público y notorio, mangoneó con José Antonio Alonso, algo que el PP conocía antes de que trascendiera el informe de la UCO. El partido dará que pensar si no la repudia electoralmente.