El PSOE acostumbra a replicar en la periferia los acontecimientos de Madrid, y eso incluye las crisis. Siempre fue así, por lo que nada tendría de extraño que los opositores de Tovar se animaran a moverle la silla al secretario general, más ‘sanchista’ que Pedro Sánchez. Pero, a diferencia de lo sucedido en el ámbito nacional, donde al líder lo ha empujado una lideresa que se la tenía guardada, los socialistas de Murcia carecen, hoy por hoy, de un liderazgo alternativo al de Tovar. Tal vez exista, pero no se le conoce. Algunos de quienes se le enfrentaron en su día se quedaron pronto sin tropa, y otros cambiaron su espíritu crítico por un lugar acobijado, en lo que eufemísticamente suele llamarse ‘integración’. Para deponer a un dirigente hay que presentar a otro mejor, o lo que se hace es una torta como un pan, y no está el horno socialista para bollos.