Tovar plantea ahora en la Asamblea Regional el debate de la provincia de Cartagena, con España sin gobierno y su partido a la deriva, obligado por un pacto con el MC de José López, que a cambio cederá la alcaldía a la socialista Ana Belén Castejón. Es un trueque. Y una imprudencia, que podría alentar el sueño provincialista -legítimo- para luego truncarlo, lo que acarrearía una frustración social que recordaría, si una mecha prendiera, a la concesión arbitraria que Zapatero hizo a los catalanes en 2003. También tiene mucho de postureo sacar el asunto a colación sin que su propio partido haya fijado una posición al respecto, por no señalar la incoherencia que supone dar este paso sin preguntar a los socialistas en los municipios directamente concernidos, cuando eso -la falta de consulta a la militancia en la investidura de Rajoy- lleva estos días a Tovar a enfrentarse con el lucero del alba.