El PSOE-RM se obstina en reencontrarse con su historia, cainita y electoralmente suicida. Una simple andanada radiofónica contra Susana Díaz no parecía -en ningún caso es- razón suficiente para atacar con mortero al secretario general. Está claro que se la tenían guardada. La embestida de los críticos, ayudada por la reacción ultradefensiva de González Tovar, deja al desnudo la carencia de liderazgo de que adolecen los socialistas en la Región. Lo mismo sucede en España desde que Pedro Sánchez se fue al garete en aquel grotesco Comité Federal del que Fernández Vara salió escondido en el maletero de su coche, pero sería terrible, para el PSOE-RM y para la Región, que una costurera lograra suturar al final la herida en Ferraz, y aquí, sin embargo, hubiera que meter otra vez al partido en un quirófano.