>

Blogs

Miguel Rubio

Microhistoria(s)

Una mancha en la vía verde

La estación de la Ribera de Molina se cae a pedazos de puro abandono. Su deterioro se ha agravado en las últimas semanas con el derrumbe de parte de la balaustra de ladrillo que corona y adorna el coqueto edificio. El inmueble pertenece a la antigua línea de tren que unía Murcia y Caravaca de la Cruz. Este corredor ferroviario, de casi 79 kilómetros, ha sido transformado en un itinerario ecoturístico, dentro del proyecto de vías verdes, para darle una nueva vida a estos caminos de hierro, que a principios de la década de los setenta no pudieron soportar la competencia del transporte por carretera.
Según un catálogo sobre el patrimonio histórico ferroviario elaborado en 2004, dieciséis estaciones daban servicio a lo largo de esta línea, que conectaba las productivas vegas del Segura con las tierras altas del Noroeste. Solo doce han soportado el paso del tiempo. Siete de ellas se han convertido (con mayor o menor respeto a la arquitectura original) en albergues para turistas; otras, sin embargo, no han corrido tan buena suerte, como la citada de la Ribera de Molina, la de los Baños de Mula y la de la Puebla de Mula, que parecen aguardar tiempos mejores.
El diseño fue obra del ingeniero Manuel Bellido. Datan de principios de los años 20 del pasado siglo y responden a un modelo parecido: la planta baja se destina a los viajeros y el piso superior acoge la casa del jefe de estación. Eso sí, se aprecian diferencias en las dimensiones y el ornato según la categoría de cada una de ellas, como ocurre en la estación de cabecera, en la Redonda de Murcia, y que desde hace años alberga oficinas de la empresa Aguas de Murcia. También se introducen cambios en algunas terminaciones de los edificios atendiendo a su emplazamiento, y así los apeaderos localizados en zonas muy expuestas al sol se equipaban con grandes marquesinas para el resguardo del pasaje.

Desperfectos en la estación de la Ribera de Molina.

La recuperación de la línea Murcia-Caravaca para uso turístico aún presenta asignaturas pendientes (a veces no se tiene la sensación de estar paseando por un antiguo eje ferroviario, porque se han perdido muchas de sus referencias), pero eso no desmerece el enorme trabajo realizado para la puesta en valor de un patrimonio que cada vez cuenta con más seguidores. Por cierto, que este sábado, con motivo del Día de las Vías Verdes, se ofrece una buena oportunidad para adentrarse en este corredor. La cita es en Alguazas y hay que inscribirse en la web murciaturística.es. Además de conocer un trocito de la historia del ferrocarril, la visita tiene otras dos paradas importantes: la iglesia de San Onofre, con una magnífica portada renacentista, y la Torre Vieja, ejemplo de la arquitectura defensiva medieval.

Nuestro patrimonio cultural en pequeñas dosis

Sobre el autor

Mazarrón, 1967. Periodista de 'La Verdad' y guía oficial de turismo.


mayo 2014
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031