El magnífico busto de Adriano encontrado en Los Torrejones (Yecla) es la última perla rescatada de una valiosa herencia de la antigua y poderosa Roma. Las excavaciones arqueológicos y, en ocasiones, el azar han dado más de una alegría a la Región, permitiendo recuperar piezas escultóricas clásicas que ahora ocupan un lugar destacado en los museos. El catedrático Sebastián Ramallo atiende mi llamada a su despacho del departamento de Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Murcia para refrescarme la memoria sobre dichos descubrimientos. El más antiguo de estos fabulosos hallazgos corresponde al mazarronero barrio de La Serreta, junto al coto de San Cristóbal-Los Perules. El 24 de marzo de 1776 salió a la luz un conjunto formado por tres esculturas (una efigie de la Madre Tierra y dos figuras de genios locales) relacionadas con las explotaciones mineras. Aparecieron en el fondo de lo que pudo ser una balsa y, según los investigadores, tuvieron que pertenecer a un pequeño santuario. Para admirarlas hay que visitar el Arqueológico de Murcia.
Cartagena, como no podía ser de otra forma, es el epicentro de numerosos descubrimientos de época romana. El más reciente, una estatua de mármol de dos metros de altura del emperador Augusto, que ‘renació’ en el cerro del Molinete en el año 2002. Entre 1867 y 1902, la tierra también devolvió varias ‘hermes’ (pequeñas figuras de jardín) que han formado parte de algunas exposiciones. Y en 1945 reapareció en la calle de la Caridad la desnudez de un joven con clámide, que probablemente ocupó alguna hornacina de las antiguas termas.